8 noviembre 2000 |
Adicciones y traducciones |
En el principio fueron las drogas. Y vio el hombre que era malo. Una vez que introdujimos en nuestro esquema de pensamiento la categoría de adicción, que aprehendimos la palabra con la que conceptualizar una realidad nueva, descubrimos el parecido que tenía el funcionamiento de la droga con el de otras sustancias como el tabaco y el alcohol. Consideramos viable la extrapolación, nos resultó oportuna la metáfora. Años después, esa imagen se ha convertido en lugar común, y ya casi nadie duda en otorgar al tabaco y al alcohol la categoría de drogas blandas, a pesar de que los dos llevaban varios siglos con nosotros cuando el léxico occidental sacó a la droga de su original morada en las droguerías. Milagros del lenguaje. El fin de semana, se celebraron en Valladolid las VI Jornadas Autonómicas en torno a la Familia del Adicto Legal. El mundo cambia, y nuestro código de representación no para de arrojar lazos en forma de metáforas en su desesperado intento de atrapar la realidad. Blas Bombín, director del Centro de Tratamiento de Adicciones Sociales, incluye entre éstas el juego, la anorexia, la televisión, el consumismo, los videojuegos, Internet, las sectas, las ideologías, algunos deportes..., es decir, “todo aquello que pueda desequilibrar la proporción que debe mantener una persona en su vida respecto de sí misma y los que le rodean”. Hace siete siglos, los chinos fumaban opio y los incas mascaban hojas de coca y ni se les pasaba por la cabeza plantearse el asunto en términos de droga y adicción. Nosotros ya aplicamos este último vocablo a reacciones psicológicas que no tienen nada que ver con la sustancia que le dio carta de identidad. Bombín señala que el tronco común de todas las adicciones es la búsqueda de una solución acomodaticia para adaptarse a la realidad. Se me ocurren otras, que también generan dependencia: el victimismo, el egotismo, la apariencia, el chantaje emocional, el vivir de recuerdos, la fe en la Providencia, la hipnosis del despecho. Prácticamente todos los lagos envenenados donde uno se ve obligado a beber cuando la vida no da para más. En el fondo del campo semántico de la adicción, olvidados, aplastados por el peso de ese nuevo mundo que hemos creado a base de palabras, de ese nuevo esquema mental con el que codificamos y analizamos nuestras debilidades más intemporales, yacen los chinos, los incas, la coca y el opio.
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Referencias y contextualización Los días 4 y 5 de noviembre de 2000 se celebraron en Valladolid las VI Jornadas Autonómicas de la Familia del Adicto Legal. En ellas, Blas Bombín, director del Centro de Tratamiento de Adicciones Sociales, incluyó entre éstas el juego, la anorexia, la televisión, el consumismo, los videojuegos, Internet, las sectas, las ideologías y algunos deportes. |
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