11 julio 2001 |
Alerta PUFO |
En algún momento de alguna vida anterior, uno se imaginó que esto de escribir artículos en la prensa local debía de ser algo así como convertirse en un William Randolph Hearst en pequeño, capaz incluso de promover guerras (de ideas, se entiende) gracias al arma única de sus argumentos. Y aunque, con el tiempo y el desencanto, va siendo menos pardillo y aceptando que su aureola tiene bastante más de capullito de rosa que de Ciudadano Kane, no deja de ser frustrante que, al día siguiente de denunciar la manía occidental de definir al Otro en función de nuestros propios parámetros, aparezca la noticia de la Alerta Ovni que se convocaba en el Valle Esgueva. El mayor problema de los ufólogos no es que la vida extraterrestre sea del todo descartable, que no lo es, sino que son incapaces de darse cuenta de que su esquema mental, sus presupuestos, sus iconos y los de los presuntos testigos en los que apoyan sus investigaciones se basan directamente en La guerra de los mundos. El viernes último, unos que iban de expertos y otros que iban de curiosos se pasaron la tarde rastreando el cielo en busca de platillos volantes, luces de colores, resplandores y hombrecillos verdes, sin pararse a pensar que todo eso son elementos de la tradición literaria y cinematográfica sobre los extraterrestres, esto es, una creación puramente humana. Más que UFOs, esperaban la llegada de Patterned Unidentified Flying Objects (objetos voladores no identificados conformados en base a un diseño preestablecido), y ya se sabe qué acrónimo se forma a partir de esas siglas. Nuestro cerebro tiene asimilada una imaginería y es capaz de fabular con ella y asignarla cualquier fenómeno que perciba. También de acoplar ingredientes tan terrícolas como esa inverosímil autopista intergaláctica que pasa por Bruselas, Brasil y Valladolid o el mono azul que vestía el humanoide avistado en los 70 y al que sólo le faltaba la inscripción “Servicio Técnico Michelín”. La vida extraterrestre podría existir, si en algún otro lugar del Cosmos se hubiesen dado por casualidad las condiciones que por casualidad se dieron en la Tierra, o bien otras susceptibles de engendrar y albergar una forma de vida diferente a la que conocemos. Pero, si hubiera llegado a ser inteligente a miles de años luz de cualquier contacto cultural con nosotros, estad seguros de que ni siquiera seríamos capaces de pensarla.
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Referencias y contextualización William Randolph Hearst, el magnate periodístico en quien se basa el personaje de Ciudadano Kane, es considerado como el gran promotor de la Guerra de Cuba contra España en los Estados Unidos, siendo además consciente de ello por la seguridad que tenía en el poder de la prensa para influir en las masas. En la película de Orson Welles, "capullito de rosa" (rosebud) es la enigmática última palabra que pronuncia Charles Foster Kane antes de morir. El 6 de julio, una asociación ufológica consiguió convocar en el valle del Esgueva una notable concentración de ciudadanos bajo el anuncio de Alerta OVNI, tras expresar su convencimiento de que se daban las condiciones idóneas para un avistamiento de naves espaciales en su desplazamiento a lo largo de una supuesta vía de tránsito interestelar que iba de Brasil a Bruselas pasando por encima de Valladolid. El más famoso contacto con presuntos extraterrestres sucedido en Valladolid tuvo lugar en los años 70, cuando un testigo afirmó haber visto a un humanoide vestido con un mono azul. La conocida industria de neumáticos Michelín tiene una fábrica en la provincia.
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