18 julio 2001
Escopeta nacional
 

Mi amigo Luke, que no suele ser tan cáustico como el amigo de Antonio Salinero ni tan proclive al esperpento como el de Tomás Hoyas, me proporciona estos días de escasez de noticias y recalentamiento de neuronas una buena excusa para cambiar de registro y rendir homenaje al 18 de julio con una parábola de orgullo patrio y escopeta nacional.

Todo el mundo sabe que la principal función de los cursos de verano (también de muchos de los de invierno) en esta universidad nuestra de cantidad sin calidad y créditos y currículos al peso, es engordar artificialmente los historiales de profesores y alumnos y las nóminas de los primeros merced al tácito sistema del “hoy me invitas tú, mañana te invito yo”. Lo que no esperaba Luke es que el curso “Arqueología militar romana en Europa”, organizado por la SEK de Segovia y la Fundación de la Universidad de Verano de Castilla y León y celebrado (es un decir) durante la pasada quincena, fuera a estar diseñado, al estilo de la Guerra Civil, casi como un campo de experimentación para extranjeros.

El caso es que mi amigo se halló en Segovia sin beca de matrícula, alojamiento ni comedor (las de la Fundación son sólo de matrícula y se conceden inexplicablemente a posteriori), con todo tipo de pegas para asistir a las excursiones a Herrera de Pisuerga y León (eran para extranjeros), con la inhibición y el desprecio de los organizadores y hasta la cocinera de la SEK (no le permitió ni siquiera comprar su cena) y con la paradoja de que las charlas en castellano eran traducidas por escrito al inglés, en tanto que los ponentes anglosajones o alemanes y hasta los avisos del megáfono permanecían ajenos a los alumnos españoles y, al parecer, también a la responsabilidad del traductor.

Pese a todo, el curso no fue precisamente un paraíso para los forasteros. Tampoco a ellos se les ahorró la impuntualidad (de hasta 45 minutos), la falta de profesionalidad (sólo uno de los conferenciantes mereció presentación) y las continuas improvisaciones y alteraciones del programa. Un simpático chico renano, Oliver, me confesó que le parecía una vergüenza el despilfarro de los fondos europeos y que ya preparaba un informe negativo para una revista de Colonia. Me pregunto si no le habrían comentado aquello del “Spain is different”. Mire Rosique, por suerte Franco no quiso entrar en la guerra, porque con ustedes la habríamos perdido mucho antes.

 

 

Referencias y contextualización

Antonio Salinero y Tomás Hoyas son otros dos columnistas semanales de Diario de Valladolid. En esta época, Salinero se valía como recurso literario de un amigo ficticio llamado Andrés. Los artículos de Hoyas, por su parte, tienen como uno de sus rasgos distintivos y una de sus acrobacias más sorprendentes la aparición puntual de Valle-Inclán en todos ellos; puede salir en algún momento antes, pero lo hace sin falta en todos los cierres, rematando la columna con un aforismo admonitorio, sentencioso y frecuentemente desengañado sobre el tema que siempre empieza: "Mire Hoyas...".

La SEK es una universidad privada situada en Segovia. El curso de verano al que se refiere el artículo fue mayoritariamente financiado con fondos europeos.

Suele decirse que la Guerra Civil española, iniciada un 18 de julio, sirvió de campo de experimentación del armamento desarrollado la década anterior por Alemania, Italia y la Unión Soviética.

 

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