2 mayo 2001 |
Carnets de identidad |
¡Glup! Alejandro Cuevas decía el domingo que algo consustancial a los gazapos son los cazadores de gazapos y, desde luego, mi dislate con la ejecución de los comuneros tuvo el suyo. Creo sinceramente que cualquier error, aunque no interfiera en las tesis de un artículo, constituye una enormidad en boca de un tipo al que se ha concedido el privilegio de publicar, y siempre es de agradecer que un lector se tome la molestia de subsanarlo. Sin embargo, en el velado reproche inicial entreveo un trasfondo de mayor interés que el simple dato histórico, a partir del cuál el señor Furones podía haber expuesto las razones que le llevan a sentir la filiación regional que yo, por motivos seguramente tan parciales y arraigados en última instancia a mi experiencia personal como los suyos a la suya, me empeño en cuestionar. Así hacía Chechu Ortega antes de ayer en un buen artículo que recoge argumentos sólidos de los castellanistas; en él me voy a basar. Posiblemente nadie convenza a nadie, pero qué más da; los debates de ideas son siempre francamente entretenidos. Aduce mi colega que siempre queda más chic interesarse por los problemas del extranjero que por los más cercanos. No creo que sea cuestión de elegir; pero, si me llegan a indignar las injusticias que se cometan con Castilla, será debido a la injusticia, no a Castilla. Si ensalzo nuestros tesoros arquitectónicos o naturales, será porque son belleza, no porque sean Castilla. No veo la necesidad de sentirme parte de algo, como dice Chechu, y no comprendo esta lealtad al terruño que pervive atávicamente en todas las naciones del mundo. Las raíces son una esclavitud, restringen nuestras posibilidades de conocimiento sin que lo hayamos elegido. Y una cosa es que sea utópica la aspiración de ser de todos los sitios a la vez y otra pintar de colores los barrotes de la propia celda. En todo caso, si hubiera que venerar los elementos que conforman nuestra personalidad, hoy estamos mucho más influidos por la época que por el territorio, y la única cultura de la que somos partícipes es la occidental del año 2000. Pero no hay patriotas de Occidente. Todos prefieren acudir a sacarse carnets de clubs privados que les ayuden a definir su identidad. Se declaran paisanos, creyentes, fans, forofos, miembros de un clan y de una clase. ¡Qué desperdicio de tiempo! Con la poca gente que hace cola en la oficina que expide los carnets de individuo...
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Referencias y contextualización Alejandro Cuevas, columnista de Diario de Valladolid y El Mundo de Castilla y León y autor de la sección "Hoy" los domingos, había dedicado su último artículo a comentar los errores en la prensa, señalando que todo gazapo encuentra su cazador de gazapos. El artículo anterior de Kiko Rosique, "Fantasmas (Yo no estuve en Villalar)", afirmaba implícitamente que los líderes comuneros habían sido ahorcados. Ricardo Furones, en una carta al director, señaló el error y afirmó que Padilla, Bravo y Maldonado habían sido decapitados. Además, advertía a Rosique que antes de argumentar había que documentarse mejor. Chechu Ortega, columnista de Diario de Valladolid encargado de la sección "Hoy" los lunes, escribió una contrarréplica en la que sentenciaba que los dirigentes de la revuelta contra Carlos I habían sido degollados; su estirpe aristocrática impedía que la cabeza les fuera separada del cuerpo. Sin embargo, Ortega defendía el regionalismo castellano, como Furones, alegando que la preferencia por lo extranjero era simplemente una tendencia chic, que tenemos que defendernos de las injusticias que se cometen con Castilla y que todos somos parte de algo.
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