12 septiembre 2007
El caladero está a babor
 

La marejada que ha provocado la botadura del navío político que capitaneará previsiblemente Rosa Díez ha empezado a remover las aguas electorales de Castilla y León, desde hace dos décadas remanso inerte y agostado en la calma chicha del tradicionalismo. Óscar López, diputado por Segovia y secretario de Organización adjunto del PSOE, aseguró el lunes que no le preocupa la irrupción de Unidad, Progreso, Democracia porque sus postulados y por tanto sus electores están en la órbita del PP. Los populares, al principio, preferían presentarla como una escisión en la izquierda, pero en los últimos días algunos de sus líderes e ideólogos parecen dar la razón a López con su empeño en mentar el pasado de Díez y Savater y señalar que, para echar a Zapatero, lo mejor es votar a Rajoy.

Salvo que se trate de la típica estrategia de revolver las aguas para ganancia de los pescadores amigos, a través de la movilización de su electorado, me da la impresión de que tales temores son infundados y el nuevo partido obtendrá sus capturas lanzando las redes a babor. Es cierto que UPD se distancia de los dos grandes partidos, y precisamente en la parte más metafísica y nefasta de cada uno: el conservadurismo religioso que lastra al PP y la oportunista manga ancha con el nacionalismo que hipoteca al PSOE. Pero en regiones subalternas y nada centrífugas como la nuestra (como la mayoría de las comunidades autónomas) se antoja mucho mayor el número de socialistas descontentos con la política territorial y antiterrorista del Gobierno que el de votantes centristas y laicos del PP que vayan a dejar de serlo por el escoramiento del partido a la derecha. Este escoramiento es notorio pero no más que lo era en 2004, y en cualquier caso sería fácil de compensar si Rajoy se llevara de nº2 a Gallardón; justo la baza que se niegan a jugar quienes alertan contra el presunto peligro que supone Rosa Díez para los populares.

UPD, esperemos que unida en una sola lista con Ciudadanos, atraca en el mercado electoral en el mejor momento posible, cuando las encuestas reiteran que ni Gobierno ni oposición sacan partido de la manifiesta mediocridad de su adversario porque la suya propia tampoco se queda atrás. Podría pescar votos, aprovechar el empate técnico y la promesa de los dos principales candidatos a la presidencia de no gobernar si no obtienen más votos que su rival, y de esa manera convertirse en partido bisagra. Otra cosa es si privar a los nacionalismos de su influencia en Madrid exhibiendo con tal vehemencia la bandera española en el mástil no será, paradójicamente, la mejor manera de incitarles a arriarla para siempre del suyo.

 

 

Referencias y contextualización

La creación del nuevo partido Unidad, Progreso, Democracia de cara a las elecciones generales de marzo, con el aliento ideológico del filósofo vasco Fernando Savater y con la ya ex eurodiputada y ex candidata a la presidencia del PSOE Rosa Díez como probable cabeza de cartel, había desatado el debate sobre si su participación restaría votos al PP o a l PSOE.

 

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