26 agosto 2009 |
El pago del rescate |
“Puestos a romperse un tobillo en la montaña, casi mejor que haya sido ahora”, pensaría el senderista leonés rescatado el domingo por la Guardia Civil en los Picos de Europa. Al menos, si siguió por los medios de comunicación el drama del alpinista aragonés que tuvo que ser abandonado en Pakistán, en una de esas decisiones en las que la vida te empuja al mal menor y encima te deja años preguntándote si de verdad no cabía otra alternativa. Al hilo de la cobertura de la tragedia, surgió la noticia colateral de que varias comunidades autónomas se plantean cargar sobre el individuo rescatado (a través de un seguro, supongo) los costes de estas onerosas operaciones que, como la de León, requieren de la presencia de un helicóptero. Por lo visto, ya lo hace Cataluña, y es bien sabido que, cuando se trata de recibir dinero, las demás regiones siempre se suben por las paredes de la cara nordeste. El debate es ciertamente sugestivo: enfrenta un enfoque novedoso y razonable con los cánones tradicionales de humanidad y solidaridad, y también la responsabilidad del individuo con la del Estado hacia éste último. Bajando de la alturas teóricas al campamento base de la práctica, la pregunta que se plantea es muy simple: ¿un montañero es responsable de lo que le ocurra porque “sabía a lo que venía”, o la colectividad ha de asistirle con cargo al erario como a cualquier ciudadano que lo necesite? Si nadie me convence de lo contrario, de momento me inclino por lo segundo. Porque, en la misma cordada que a los montañeros habría que incluir a los espeleólogos, los submarinistas, los corredores de los encierros, los drogadictos, los fumadores, los obesos no mórbidos e incluso a quienes viajan en coche pese al riesgo cierto de los accidentes de tráfico. ¿Habría que denegar a todos la atención sanitaria gratuita, dado que sin duda saben de sobra a lo que se exponen? Puede que a alguno le soliviante lo que cuesta rescatar a personas que se arriesgan por voluntad propia, pero un factor cuantitativo como el importe del auxilio no debe ser el criterio que distinga cualitativamente entre las operaciones de asistencia que son responsabilidad del beneficiario y las que lo son de la Administración.
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Referencias y contextualización El domingo 23, a las 19:45 de la tarde, efectivos del Grupo Especial de Intervención en Montaña de la Guardia Civil de Sabero (León) rescataron en Vega de Asotín, en la vertiente leonesa de Picos de Europa al montañero J. A. M. G., de 25 años y natural de Alcoba de la Ribera (León), que se había lesionado un tobillo en una caída. Cinco días antes, se suspendió por la imposibilidad climatológica de continuar la operación de rescate del alpinista aragonés Óscar García, que se había caído en el pico Latok II, en Pakistán. |
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