22 mayo 2002 |
El Verbo hecho carne |
Si a nuestro bastante autocomplaciente gremio académico le hubiera dado por imitar a las no menos endogámicas familias de los cantantes o los actores, y hubieran instituido una gala anual en la que repartirse con júbilo galardones, besos y cigalas, Jesús Rodríguez Velasco se habría llevado todos los años el Premio al Mejor Directo. Mi propuesta, si fructifica, ya llegará demasiado tarde. El curso que viene, con 36 años y después de ocho de profesor de Filología Románica en la Universidad de Salamanca, Jesús se marcha como catedrático de Literatura Medieval y Teoría de la Literatura a la de Berkeley, California. En febrero habrá perdido todo derecho a su actual plaza, y la capital cultural de Europa toda preeminencia para recuperarle. Para terminar de matarnos de despecho, esta tarde a las siete y media, en el aula 4 de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid, Jesús dará su charla de despedida bajo el dilógico y chispeante título de “Mercurio abandona el domicilio conyugal. Filología llora su ausencia”. Será la última oportunidad de columpiarnos en la cadencia de su declamación, en la voluptuosidad de sus recitados, en el incomparable carisma personal de este niño mimado de todas las musas que interpreta arias más que dictar conferencias y que, cuando era joven (más joven), maldecía horrorizado la irresponsabilidad y la pereza que le hacían incapaz de leer más que un solo libro al día. Si Jesús no es Dios, por fuerza ha de ser su hijo unigénito y bienamado. La consustanciación de erudición y poesía. Jesús superestar, el Verbo hecho carne, el espíritu inyectado en los discípulos a través de una lengua de fuego. Cuando, al acabar la carrera, le expulsaron de aquí los mercaderes del templo, se fue a depositar el Grial en tierras de Chrétien de Troyes; diez años después, con tobillos alados, aterriza en América a hacer realidad las elucubraciones del profeta Joseph Smith. Para que algún día podamos celebrar su segunda venida, presumo que habría que derogar las leyes farisaicas y que más de uno debería empezar ya a hacer penitencia. Honestamente, yo que vosotros no me conformaba con oír cómo le anuncia uno que no es digno ni siquiera de desatarle las correas de las sandalias. Jamás osaría ocupar el trono que le corresponde -que luego las autoridades locales reclaman mi cabeza servida en una bandeja de plata.
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Referencias y contextualización Jesús Rodríguez Velasco, profesor titular de Filología Románica de la Universidad de Salamanca, acababa de obtener la cátedra de Literatura Medieval y Teoría de la Literatura en la californiana de Berkeley. El curso 2002-2003 comenzaría sus clases allí. Debido a los estatutos universitarios españoles, en febrero perdería toda preferencia a ocupar la plaza en caso de que decidiera volver a Salamanca. Esta ciudad ostentaba el título de Capital Cultural Europea en el presente año. El 23 de mayo, Rodríguez Velasco iba a pronunciar una conferencia de despedida para sus amigos y conocidos de la Universidad de Valladolid. Frente a la transustancialidad predicada por los herejes arrianos en la Edad Media (Dios Padre y Jesucristo no son exactamente de la misma sustancia), la Iglesia Católica opuso el dogma de la consustancialidad (sí lo eran, a pesar de la humanidad inherente al Hijo). Según los Hechos de los Apóstoles, el día de Pentecostés los discípulos de Jesús de Nazaret recibieron el Espíritu materializado en lenguas de fuego. Jesús Rodríguez Velasco estudió en la Universidad de Valladolid, pero sus desavenencias con el catedrático Javier Blasco le hicieron marcharse a Francia, donde leyó su tesis sobre el novelista medieval Chrétien de Troyes. "El de los tobillos alados" es uno de los epítetos con los que en la Odisea se caracteriza a Ulises (Odiseo). El profeta Joseph Smith, fundador de la Iglesia mormona, sostenía que Jesús de Nazaret, tras su supuesta resurrección, había visitado también América. Ante la imposibilidad de que lo hiciera Jesús Rodríguez Velasco, Kiko Rosique fue designado para presentar la conferencia de Ignacio Ramonet dentro del ciclo "Los cursos de la Filmoteca", por elección del coordinador Enrique Gavilán. Sin embargo, la Fundación Municipal de Cultura, organizadora del curso, vetó el nombre de Rosique por considerar que estaba "muy mal visto en el Ayuntamiento" (entonces en manos del PP). Este dato no se hizo público en su momento. Los Evangelios dicen que Juan Bautista, que se había declarado indigno siquiera de desatar las correas de las sandalias del que vendría tras él, murió decapitado por deseo de la reina Salomé, quien pidió que la entregaran su cabeza en una bandeja de plata. |
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