5 noviembre 2003
Habemus reinam
 

Se acabó el concurso. Contra todo pronóstico, antes que Papa habemus reinam. El Príncipe ha encontrado por fin a “la dama del último duelo”, que decía Aute, y dejará de ser “un contrincante dispuesto al ataque”. Vamos, que aunque con los Borbones nunca se sabe en asuntos de faldas, y después de Carlos de Inglaterra la institución monárquica ha demostrado que su carácter vitalicio y divino están por muy por encima de la paciencia de los súbditos y de cualquier “I want to be your tampoon”, es probable que nuestro soltero de oro haya comprendido que con el poco pelo que le queda no pierde nada por cortarse la coleta que ya no puede hacerse, y tengamos que esperar a la próxima era geológica para que algún cataclismo nos devuelva la República que todo Estado con un mínimo de decencia debería ser.

El gremio periodístico sale ganando por partida doble. Por un lado, se nos han abierto las puertas del cielo, y uno ya no tiene que venirse a Madrid para ligarse a la nieta de Polanco o la de José Manuel Lara, sino que vale con entrar a alguna princesita desesperada por el escaso abanico de posibilidades del que hasta ahora disponían para elegir. Y, por otro, entre la pedida, la despedida, la boda, la luna de miel y los bautizos y comuniones del sinfín de retoños mantenidos por el erario público que plausiblemente producirán, ya tenemos por lo menos dos docenas de telediarios íntegramente confeccionados sin que los guionistas hayan tenido que devanarse los sesos discriminando qué noticias entran y cuáles no.

También ha salido reforzado el pueblo español en conjunto, que, aprobando por aclamación el contubernio, ha demostrado una vez más su liberalidad y su madurez democrática siempre que la candidata no sea extranjera ni haya desfilado en ropa interior. Y eso que aún hay nostálgicos como esa señora que escribió el lunes a la edición nacional del periódico: “¿qué nos queda de la Monarquía, uno de los últimos reductos del catolicismo, si la propia futura reina tiene una moral más que dudosa (…) el hecho de que sea divorciada y, más aún, que sólo se hubiera casado por lo civil?”. Pero bueno, al margen de las fumadas blancas que tengan que hacerse para trabar argumentos surrealistas esos cónclaves que en vez de plantearse la legitimidad de la institución dan por supuestos la corona y el cilicio que viene en el lote, el caso es que habemus reinam. Y parece una chica maja.


 

Referencias y contextualización

Esta semana, el Príncipe de Asturias anunció por sorpresa su próximo matrimonio, el 22 de mayo de 2004, con la periodista Letizia Ortiz. "I want to be your tampoon" fue la escatológica frase que se le oyó decir en una cinta grabada al Príncipe Carlos de Gales, dirigida a su amante Camilla Parker.

"Habemus papa" es la frase con la que el Vaticano anuncia la elección de un nuevo pontífice por el cónclave de cardenales, y se representa gráficamente con la famosa fumata blanca.

Jesús de Polanco es el presidente del Grupo Prisa, el mayor emporio de la comunicación de España. José Manuel Lara fue hasta su muerte el presidente de la Editorial Planeta.

Las noticias de los compromisos o bodas de las infantas Elena y Cristina, así como las de los nacimientos o bautizos de sus hijos, solían copar todo el espacio de los informativos del día en TVE.

 

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