7 noviembre 2007 |
Literatura comparada |
Es una lástima que los nuevos universitarios de Valladolid hayan ignorado la licenciatura de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Los alumnos se pierden a varios profesores muy interesantes y un enfoque de la literatura que trasciende las fronteras lingüísticas que constriñen a las Filologías. Es decir, la perspectiva óptima para comparar, por ejemplo, las distintas versiones del mito de Don Juan, o las creaciones que los responsables nacionales y regionales del PP y el PSOE alumbran, mes tras mes, en cuanto se publican los datos del paro. Un estudiante perspicaz de Literatura Comparada no habría dejado pasar la ocasión de constrastar las bellas semblanzas que trazaron unos y otros tras conocer que el desempleo aumentó en octubre un 1,55% en España y un 3,75% en Castilla y León. Y habría señalado ciertas correspondencias sorprendentes entre dichos autores, que por lo general pasan desapercibidas al lector estándar que se acerca a ellos sólo para entretenerse o evadirse, desprovisto de una mirada analítica y un método riguroso. Por un lado, dicho alumno destacaría sin lugar a dudas el paralelismo de fondo y forma que se observa entre los literatos que conciben su arte como un instrumento para cambiar la realidad electoral, independientemente de su adscripción partidista. Esta corriente vendría representada a escala nacional por Ángel Acebes y a nivel autonómico por Francisco Ramos, portavoz de la ejecutiva del PSCyL; ambos calificaron los datos con epítetos sonoros: “enormemente negativos”, glosó el primero, y “muy malos”, prefirió el segundo. Además, Ramos escogió como motivos centrales de su elegía a Castilla la temporalidad y los problemas “estructurales”; dos recursos dramáticos que, curiosamente, también se hayan presentes en la sátira de Miguel Arias Cañete contra el Gobierno central. Por otra parte, ese hipotético estudiante constataría los asombrosos parecidos que muestran los poetas que defienden el arte por el arte y prefieren cantar la belleza del paisaje. Dentro de este subgénero, si el secretario general de Empleo, Antonio González, empleó para aludir al repunte del paro español la barroca perífrasis “tradicional subida estacional”, Tomás Villanueva se refirió a los datos en la región adjetivándoles como “típicos” de esta época del año y les aplicó (¿adivinan?) la bucólica metáfora de “estacionales”. Falta el estudio definitivo que refleje de forma exhaustiva y sistemática la influencia y admiración recíprocas que vinculan a unos autores ideológicamente tan distantes, y que a mi juicio permiten afirmar que nos encontramos ante una “generación” en toda regla. Sería una pena que nos perdiéramos ese trabajo esclarecedor por falta de alumnos en Literatura Comparada.
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Referencias y contextualización El viernes 2, El Mundo-Diario de Valladolid publicó la lista de las titulaciones universitarias menos demandadas por los nuevos alumnos, y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada encabezó la de las licenciaturas con únicamente siete estudiantes matriculados en primer curso. Dos días más tarde se conocieron los datos del paro correspondientes al mes de octubre. |
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