4 enero 2006 |
Loca academia de policía |
No lo habría igualado ni el teniente Mahoney. La publicación de un artículo que elogiaba a un grupo de rock abertzale en un periódico elaborado por aprendices de policía suministró en vísperas de los Santos Inocentes un disparate tan cómico que sólo alguien aquejado de una dolorosa susceptibilidad personal y una notoria radicalización política (la AVT padece ambas) podía tomárselo a mal en lugar de a cachondeo. Cuando leí la noticia, no pude evitar cierta simpatía hacia la tal Mónika Lorente que ha puesto patas arriba el Centro de Formación de la Policía de Ávila. Aunque su canto a la libertad y el respeto a la diversidad sonaba muy políticamente correcto, y su defensa del “derecho de Euskalerría [sic] a elegir su futuro, pero NO a la defensa armada de estos derechos” tendría mucho que discutir (¿quién o qué es “Euskal Herría”?, ¿por qué la autodeterminación lleva aparejada la territorialidad?), la chica demostró una vocación crítica poco común en su gremio y, desde luego, unos huevos como para disuadir a cualquiera de cometer un delito en la capital abulense. Por desgracia, la consiguiente localización en Internet del artículo completo de Mónika Lorente en La Escuela de Ávila y de esas “letras muy buenas” que había descubierto en las canciones de Soziedad Alkohólika rebajó bastante mi entusiasmo. Pero no porque la agente en ciernes o sus ídolos musicales rezumaran el desprecio hacia la vida, las víctimas y los Cuerpos de Seguridad que soliviantaron a la AVT, sino porque una y otros son la viva expresión de la simpleza y la eterna adolescencia de la izquierda vasca. La joven policía dice que le hacen “reflexionar” unos ladridos que conjuran sin descanso a los conocidos fantasmas del Estado, el capital, la represión y los cipayos, y los culpan de la pobreza y las injusticias de todo el mundo. Y claro, como Euskadi no es un Estado, los abertzales nunca se preguntan si sus revolucionarias proclamas antisistema son compatibles con la aceptación incondicional de una rancia mitología nacionalista, y se creen que ambas subversiones van de la mano. Sin embargo, fuera de estas inconsistencias, no hay nada peligroso en Soziedad Alkohólika, pese a las brutalidades para consumo interno típicas de estos grupos radicales que meten mucho ruido y tienen pocas nueces conceptuales. Lo único que distingue a Soziedad Alkohólika es que son vascos, pero eso no convierte a sus miembros ni a sus seguidores en militantes de ETA, por mucho que la Audiencia Nacional tenga un proceso abierto contra los primeros dentro de su más que dudosa tesis de que todo es parte de lo mismo. Sólo nos queda esperar, por tanto, que la academia de policía de Ávila sepa encauzar la valentía y la honestidad un tanto ingenuas que sin duda apunta Mónika Lorente, y que el cuerpo no considere ninguna locura incompatible con la institución el hecho de admitir caracteres heterodoxos como el suyo.
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Referencias y contextualización El número del mes de diciembre del periódico La Escuela de Ávila, editado por el Centro de Formación de la Policía de esta capital castellana, incluía un artículo redactado por una de sus alumnas, Mónika Lorente, que hablaba elogiosamente del grupo vasco de rock Soziedad Alkohólika y defendía el "derecho de Euskalerría a elegir su futuro, pero NO a la defensa armada de estos derechos". La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) puso el grito en el cielo por el escándalo que suponía que una futura agente de policía ensalzara a un grupo que se caracterizaba por "su más absoluto desprecio e insulto reiterado hacia las víctimas del terrorismo y, en general, hacia las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado". Algunas de las letras de Soziedad Alkohólika contienen, efectivamente, frases muy violentas y ofensivas contra todos los que considera baluartes o cipayos del sistema. El texto íntegro del polémico artículo de Mónika Lorente es éste: “¿Qué podríamos decir de uno de los grupos de heavy español más controvertido de estos últimos años? La trayectoria de este grupo comenzó en 1988 en Vitoria con su primer disco ´Y ese que tanto habla...´, hasta su último disco ´Tiempos oscuros´.
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