22 abril 2009
"Que se los pidan a Rajoy"
 

 

Lo que dijo Zapatero el domingo en Valladolid sobre los gobiernos autonómicos del PP que, a la vez que critican la política económica del central, acuden a él para reclamarle fondos, fue todavía más demagógico e impertinente de lo que cabía esperar de un presidente a la defensiva, desbordado por la recesión y consciente de que su imagen de cartón-piedra se destiñe por momentos mientras el partido rival ha pulido las aristas que a muchos nos le hacían virtualmente invotable en la pasada legislatura. Vaya, conque perdonándonos la vida. Ni que el dinero que reparte fuera suyo y no procedente de los impuestos de todos los ciudadanos, incluidos los de las comunidades donde gobierna el PP, a quienes no se concede, en justa correspondencia, la potestad de tributar su parte a Cristóbal Montoro para que los invierta de otra manera.

La verdad es que no creo que el PP, con su estrategia liberal, nos sacara más rápido de una crisis cuyo tronco es mundial y cuya ramificación española se hunde en los lodos originados por los polvos que llevan décadas echando los promotores inmobiliarios con todas las administraciones. Pero mal indicio es que, ahora que va a dirimirse el sistema de financiación autonómica, Zapatero se permita bromas que sugieren una discriminación entre las distintas regiones según a quién voten. Por si fuera poco, Herrera advirtió el lunes que no se conformará con menos del 6% que nos corresponde por población absoluta. Es decir, que ya da por hecho que se impondrá el criterio que beneficia a Cataluña y Andalucía y no se observarán, como sería justo y socialista, los decisivos índices de envejecimiento y dispersión.

En fin, todos sabíamos que al Gobierno no le podía salir un sudoku en el que cada comunidad impusiera las condiciones que le fueran más ventajosas, porque la suma de los porcentajes excedería con mucho el 100. Pero confieso que en su momento pensé que la fórmula definitiva iba a ser algo más compleja que una regla de tres simple a partir de una sola variable. Miren por dónde, al final va a tener razón Zapatero: para esto, desde luego, no hace falta tener ministro de Economía.

 

 

 

Referencias y contextualización

El domingo 19, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reprochó a las comunidades autónomas gobernadas por el PP que le pidan cada vez más fondos para afrontar la crisis a la vez que critican su tendencia al gasto público. Cristóbal Montero, responsable económico del PP, era la cabeza visible de esta doctrina liberal. Zapatero acababa de reestructurar el Ejecutivo, y, en una decisión muy cuestionada por la prensa, había sustituido en el Ministerio de Economía a Pedro Solbes por Elena Salgado, cuyo dominio de la materia era, cuando menos, incierto.

 

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