3 marzo 2004 |
Refrescando la memoria |
Dice Juan Vicente Herrera que el PSOE no va a rascar bola en Castilla y León, porque los ciudadanos tienen memoria y no olvidan el vacío que le hicieron los Gobiernos de González. Seguramente el enunciado principal sea atinado, pero desde luego no lo es la causa que le atribuye; los ciudadanos son ecuánimes y descuidan por igual la supuesta postergación socialista que las sucesivas demoras del Ejecutivo del PP en el proyecto del AVE Madrid-Valladolid, la autovía Burgos-León y cualquier otra promesa que se tercie. De hecho, Herrera ha tenido que ocuparse de refrescarnos la memoria en campaña para que nos acordemos del inolvidable olvido del PSOE. Pero es que los políticos lo tendrían crudo para rellenar una hora de discurso si los ciudadanos conserváramos todo archivado en el magín. El propio Herrera, sin ir más lejos, difícilmente habría podido criticar el “programa abierto” del PSOE para facilitar pactos postelectorales si la gente recordara los que firmó el PP con los nacionalistas en 1996; y le habría resultado muy sonrojante denunciar que el PSOE sólo aspira “a desbancar al PP del gobierno de España” si, ocho años después, aún tuviéramos presente aquel lema de “Hay que echarles” que transformó las conciencias por su profundidad conceptual. Aunque ni siquiera hace falta remontarse a los tiempos remotos en que en esos mismos círculos se predicaba sin cesar que la alternancia era un signo de salud democrática. Para demostrar la escasa destreza mnemotécnica del público, basta con citar el olvido de la reciente revelación de que más de cien propuestas electorales del PP son casi clones de iniciativas parlamentarias del PSOE rechazadas por el Gobierno; sin semejante desmemoria, Herrera habría juzgado inaceptable para sus principios defender la solidez y el rigor del programa de Rajoy. Finalmente, está el efecto inverso, muy estudiado y a veces practicado por los psicoanalistas: la inducción de un falso recuerdo en el paciente. Por ejemplo, hacer creer que Zapatero está sometido a Maragall; puede que Maragall no esté sometido a Zapatero, porque el PSOE tiene una estructura federal y no castrense, pero son dos cosas distintas. Claro, que después de que la gente siga convencida de que la tregua de ETA en Cataluña ha sido cosa del fantoche de Carod-Rovira, a uno no le queda sino asumir que la memoria es caprichosa y puede olvidar y fabular cualquier cosa que se proponga.
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Referencias y contextualización En su primer discurso de la campaña para las elecciones generales del 14 de marzo, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, vaticinó que los ciudadanos de esta región volverían la espalda al PSOE porque no habían olvidado el olvido al que la sometieron los Gobiernos de Felipe González. Defendió también la solidez y el rigor del programa de Mariano Rajoy y criticó el "programa abierto" de José Luis Rodríguez Zapatero, supuestamente susceptible de encajar cualquiera de las reivindicaciones que le presentaran el presidente de la Generalitat de Catalunya, el también socialista Pasqual Maragall, y sus socios de ERC en el Gobierno catalán. Uno de los flancos por donde más atacaba el PP era las hipotecas a las que el pacto con ERC sometería al PSOE, después del escándalo que se montó cuando en enero el líder nacionalista Josep-Lluís Carod-Rovira se reunió con representantes de ETA y pocas semanas después la banda terrorista decretó una tregua sólo en Cataluña. Respecto a ésta, Carod negó toda responsabilidad y ETA emitió un comunicado en el que afirmaba que la iniciativa había partido sólo de ella, como parte de su estrategia de estrechar lazos con el otro nacionalismo poderoso activo en España, pero los políticos y opinadores de derecha nunca dejaron de dar por supuesto que había sido Carod el que la había pactado. Sin embargo, lo único realmente demostrado había sido la discutible consideración de ETA como un interlocutor válido y la del diálogo con los terroristas como un procedimiento legítimo, por parte del dirigente nacionalista catalán. |
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