3 octubre 2001
Saquen papel y bolígrafo
 

Todo lo que ocurra desde la semana vigente hasta entonces estará teleológicamente dirigido por la causa final de esa frase fatídica. Rasgará el cielo y los nervios de los devotos escribas un día de febrero, o de junio, o quizás de septiembre. O de los tres, quién sabe. Los designios del Señor son inescrutables.

Para que el juicio final les pille confesados, los fieles reproducirán el rito día tras día, prefigurando el momento crucial, siempre lo mismo, papel y bolígrafo, escribiendo, copiando, sin una mirada al frente, sin un intento de interpretación. Es la paciente escucha, la transcripción literal, la sagrada revelación. Bienaventurados amanuenses que llenan folios y folios de verdades inspiradas por Dios.

Y es que llegará el instante en el que haya que rendir cuentas. Demostrar lo aprendido ante la corte celestial. Saquen papel y bolígrafo. Un ángel beatífico sonríe, con la paz dichosa de quien tiene asiento perpetuo a la derecha de Dios. ¿Y tú? ¿Qué has hecho, hijo mío, con los talentos que te di? Señor, aquí mis humildes manos callosas de tanto copiar. Y aquí las palabras divinas que me dictaste con tanto amor. Las vuelco sobre tu trono tal como me las diste, incólumes, literales, intactas. El saber ha permanecido íntegro y puro durante el tiempo en el que me has consignado ser eco de tu voz.

Pero dime, pues, ¿qué hay del árbol de la ciencia? ¡Ni idea, Señor, te lo juro! En serio que ni lo he visto. Eso está bien, hijo, eso está bien. Ya sabes que el Maligno está siempre al acecho de los desprevenidos con sus astucias y tentaciones.

¡Hosanna! ¿Ya me he ganado el tránsito al reino de los cielos? Tranquilo, sé paciente, vas por el buen camino. Ahora unos años contemplando dichoso la gloria del Santísimo y cantando alabanzas al Señor, y tendrás garantizado un puesto eterno en este paraíso de placidez sin mancha. De momento, aquí tienes el viático. Lleva el sello celestial. ¿Lo ves? Pone “licenciado”.

Acaso algún día llegue en efecto el turno del escriba y sea investido como portador de la palabra, como espíritu santo, como agente de la revelación. Entonces será hora de visitar el sanctasanctórum donde habita la Verdad suprema contenida en el Santo Manual. Y tendremos otro angelote sentado en el coro monofónico de los intermediarios. Dando voz a lo que, en cualquier caso, desde la noche de los tiempos ya estaba escrito.

 

 

Referencias y contextualización

La Teleología es la parte de la Metafísica que estudia las causas finales, es decir, las que determinan los hechos desde la finalidad a la que se dirigen o desde el sentido que tienen que cumplir.

El evangelio dice que una tormenta rasgó el cielo en el momento de la muerte de Jesús de Nazaret. La idea de la escucha es frecuente en muchas religiones del mundo en relación con la revelación del mensaje divino a ciertos elegidos.

El asiento perpetuo a la derecha de Dios alude al carácter vitalicio de los contratos de los profesores de la Universidad pública. No hace falta ser un sabio para darse cuenta de lo pelota que hay que ser para obtener una plaza en los departamentos. Una vez conseguida, es evidente que la mayoría de los profesores (cuando menos de Letras), se limitan a leer, resumir o fotocopiar datos que ya están en los manuales mucho antes de que a ellos se les ocurra exponerlos.

 

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