31 mayo 2006
Una estupidez, no una tragedia
 

Si el Partido Popular se hubiera limitado, como Fernández Mañueco el lunes, a echarle en cara a Zapatero que la reforma estatutaria ha creado problemas donde no los había y que tampoco atiende a las necesidades auténticas de los ciudadanos, a estas alturas no se habría quedado sin cartuchos. Tendría a su disposición todo un debate sobre el Estado de la Nación para sacar los colores al Gobierno comparando la longitud del viaje con el peso de las alforjas; la indiferencia cuantificada de catalanes, andaluces y españoles en general hacia las disquisiciones ridículamente vacuas de sus políticos sobre el ser y el no ser; la pretenciosidad de un supuesto modelo de Estado con la realidad de un nuevo café para todos con dos cucharadas más de azúcar vertidas apresuradamente en cada taza.

El problema es que, alternando con estas críticas cabales y fundadas, el PP se ha metido hasta las cejas en una defensa a ultranza de la unidad de España y de la Constitución como el único marco posible de progreso y bienestar, como si un texto de 70 páginas diera para tanto. Este estribillo conservador volvió a sonar el jueves en el discurso de Herrera a los presidentes de parlamentos autonómicos junto a la consabida exigencia de que las reformas de los estatutos se hagan para servir a los ciudadanos, pero no hacer falta ser un genio para observar que son dos postulados sin ningún rasgo en común ni motivo para ir de la mano.

Zapatero unas veces relativiza las naciones y otras las convierte en coartada de los ciscos más inútiles, pero el PP aduce que esos temas no preocupan a los ciudadanos y luego se le nota que lo único que le soliviantan son precisamente las amenazas separatistas. Y ya no es sólo que, como he sostenido a menudo, el nacionalismo español del PP le incapacite para ensamblar una crítica coherente y eficaz al vasco y el catalán, ni que eternice el feedback recíproco y la colisión en perpetuo empate que necesitan las banderas para seguir ondeando a costa de nuestro aire. Es que, cuando uno se pasa meses bailando al ritmo del cantamañanas que todos conocemos e invierte un esfuerzo descomunal en mantener la dosis de alarma para que el colocón patriótico no decaiga, si las predicciones catastrofistas no se cumplen ya no le queda más remedio que callarse. Una vez que toda la estrategia de oposición se ha canalizado por la vía de anticipar la tragedia, y el Gobierno la sortea con la añagaza trapera y magistral de hacerles la cama a los amigos plastas y comprar la moderación reflotando a su rival político, resulta imposible volver atrás y calar en la sociedad alegando que el proceso estatutario, la descentralización y la pluralidad son, simplemente, una estupidez a la que ni borracho de inercia y corrección política se le puede encontrar un pálpito de progresismo o modernidad.

Una verdadera lástima, porque, mucho más grave y funesto que la tragedia, lo es sin duda la estupidez.

 

 

Referencias y contextualización

El secretario regional del Partido Popular en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, expresó el lunes 29 su esperanza de que, en el Debate sobre el Estado de la Nación que se iba a celebrar los dos días siguientes, el presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero dejara de "sacar conejos de la chistera" y de "crear problemas donde no los hay" y centrarse en atender a las "necesidades reales de los ciudadanos". El jueves anterior, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, había sugerido ante los presidentes de 15 parlamentos autonómicos, reunidos en Valladolid, que los procesos de reformas estatutarias debían "dar respuesta a las realidades que los ciudadanos necesitan", pero también les encomendó "mantener la España plural, constitucional y autonómica" heredada de 1978.

Federico Jiménez Losantos, el periodista más influyente en la base social de la derecha española, es el conductor del programa radiofónico "La mañana", de la Cadena COPE.

Una crítica más extensa a la estrategia del PP contra los nacionalismos se halla en "El PP, la Constitución y la nación", artículo publicado en Periodista Digital.

 

 

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