24 octubre 2007 |
Voluntad de tocar los 'collons' |
Fue la polémica nacional-lingüística de la semana. En este país nuestro en que practicamos con tanto denuedo la transvaloración de los valores, aunque no exactamente en sentido nietzscheano, lo que saltó a los titulares de prensa y las barras de cafetería (últimamente, tanto da unos que otras) de la última edición del programa Tengo una pregunta para usted no fue la discrepancia tácita que mostraron en sus amenas intervenciones Gaspar Llamazares y Josep Antoni Duran i Lleida sobre si el motor de la sociedad ha de llevarlo el sector público o la empresa privada, ni la peliaguda cuestión que le planteó un espectador al primero acerca de si la izquierda debe movilizarse o no contra la subida de los productos básicos, sino la agria disputa que mantuvo Josep Lluís Carod-Rovira con el joven y la señora de Valladolid que le llamaron por su nombre traducido al castellano. La inmensa mayoría de las opiniones que glosaron el incidente se pusieron, como era de esperar, de parte de los humildes ciudadanos que no tenían por qué saber catalán, y así le clavaron de paso un nuevo alfiler al arrogante muñeco de budú de la política española. Siento situarme por esta vez del lado de un tipo cuyo intelecto ilustra como pocos la expresión “mucho ruido [propio y ajeno] y pocas nueces”. Si el problema de los dos vallisoletanos hubiera sido simplemente su desconocimiento del catalán, se habrían dirigido al líder de ERC con un “Josep Lluís” mal pronunciado, igual que si el invitado hubiera sido Gerard Depardieu, o bien habrían recurrido al más sencillo “señor Carod”; en ambos casos, el interpelado habría contestado con normalidad obviando las imprecisiones fonéticas. Para escupirle “José Luis” o alardear de desinterés hacia el catalán hace falta voluntad expresa de tocar los collons, al menos tanta como la que se critica en quienes allí no se apean de su lengua natural o impostada aunque haya hispanohablantes entre sus interlocutores. Da igual que digamos Londres y no London, que es como justificó Javier León de la Riva su alfiler particular; la pregunta es si alguien habría puesto todo su empeño en llamarle Gerardo a Depardieu. Cabría acaso replicar con Eduardo Gordaliza que a los Reyes también se les llamó Joan Carles i Sofia en el Fórum de Barcelona, pero sin olvidar que reclamar que se introduzca el catalán en las instituciones del Estado no es una demanda independentista, sino una que, precisamente, entiende que Cataluña es parte de España y protesta por el excesivo protagonismo histórico que ha tenido Castilla en la configuración de ésta. No merece la pena atender la sugerencia por una obvia cuestión de utilidad práctica, que es la que verdaderamente importa, pero no les quepa duda a los dos paisanos que lograron sonrojarme el otro día de que habría servido de útil baluarte para apuntalar su idolatrada unidad de España.
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Referencias y contextualización Un resumen de la edición del programa de TVE Tengo una pregunta para usted que se comenta en este artículo puede encontrarse aquí. El viernes 19, el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, defendió a los dos vallisoletanos que preguntaron a Carod-Rovira y criticó el empeño de éste en que se dirigieran a él en catalán poniendo como ejemplo que a la capital del Reino Unido la llamamos Londres y no London. Ese mismo día, el columnista de El Mundo de Castilla y León Eduardo Gordaliza comentó el mismo asunto y recordó que, en el Fórum de las Culturas celebrado el año anterior en Barcelona, una placa conmemorativa se había referido a los Reyes de España como Joan Carles i Sofia. |
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