21 julio 2010
El hijo predilecto
 

 

La estrafalaria costumbre que tienen los municipios españoles de nombrar hijos predilectos demuestra por lo menos dos cosas. En primer lugar, que son padres putativos y no biológicos, y por eso no se sienten obligados por los lazos de sangre a querer a todos los hijos por igual: a los que triunfan pero también a los que fracasan y sólo vuelven a casa a pedir dinero para un pico. También evidencia que son unos progenitores un tanto pardillos, que se enorgullecen del retoño que partió a hacer las Américas y al que, andando los años, un buen día se lo encuentran en la tele.

Aun así, no resulta molesto que Salamanca haya rendido homenaje a Vicente del Bosque. Consideraciones deportivas aparte (aunque siempre subrayando que probablemente fuera el seleccionador idóneo para no desestabilizar a un equipo que ya tenía una inercia muy positiva y que se mostró mucho más activo y rápido de reflejos que cuando entrenaba al Real Madrid), lo admirable de Del Bosque no es tanto que haya ganado el Mundial, que como él bien dice depende sobre todo de los jugadores y de un sinnúmero de circuntancias, sino que se encaramara al balcón de la Plaza Mayor para restar importancia al logro que habría congregado a media ciudad. Me recordó a la sabia conclusión que extrajo Barack Obama cuando su hijo le anunció al mismo tiempo que le habían dado el Premio Nobel y que ese día era el cumpleaños de su mascota: “Afortunadamente, los niños te ayudan a ponerlo todo en perspectiva”.

Probablemente Álvaro, el nieto predilecto, también haya contribuido a la inteligente distancia desde la que su padre mira el éxito. Ya no por modestia, sino por realismo, por estética y por ahorrarnos el ridículo en que incurren todos esos fantoches que hablan como si no le debieran nada a la suerte, resulta gratificante ver gozar del reconocimiento público a un tipo que se muere de vergüenza ante la multitud y prefiere ser “seco y serio” a que le llamen “frívolo”. No sé si eso es ser “salmantino hasta los tuétanos”, como dijo Julián Lanzarote; realmente, no sé en qué consiste ser salmantino ni ningún otro gentilicio. Pero, si lo fuera, sin duda sería un modelo a adoptar para reordenar la cateta escala de valores por la que nos gobernamos.


 
 

 

Referencias y contextualización

El lunes 19, el seleccionador español de fútbol, Vicente del Bosque, salmantino de nacimiento, fue nombrado Hijo Predilecto por su ciudad natal en reconocimiento al campeonato del mundo que acababa de ganar, por primera vez en la historia de España. Su hijo Álvaro padecía síndrome de Down. Julián Lanzarote era el alcalde de Salamanca. Los dos artículos anteriores, "Notas a pie de campo" y "Dos miradas al futuro", también hacen referencia al Mundial de Sudáfrica.

 

 

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