29 septiembre 2004 |
La vuelta al cole |
La infalible redacción con que los profesores toman el pulso a sus alumnos el primer día de clase habrá deparado piezas especialmente densas este año. Nuestros escolares, tan aficionados a pensar como los modelos que les ofrecen la televisión y la música, habrán abrumado a sus tutores con prolijas disquisiciones sobre el estatuto epistemológico de la Religión, el trasfondo psíquico del repetidor y la conveniencia sociológica de bifurcar las vocaciones en 3º de ESO. Redactando con muchos años de ventaja o perversion, yo diría que la asignatura de la discordia está por fin donde la corresponde según los propios planteamientos de quienes defienden su pertinencia por su influjo histórico y cultural: es decir, dentro de las materias que estudian esos temas. Habrá que ver si el Consejo de Estado dictamina lo que no se ha atrevido a decidir el Gobierno y coloca la versión catequística en horario extraescolar, para no obligar a los demás niños a malgastar el tiempo en otra maría alternativa . Es lo justo y lo intelectualmente decente, por más que la Iglesia se haya acostumbrado al enchufe y a la normalidad la llame “fundamentalismo laico”. Respecto a la promoción de curso, el PSOE sólo ha matizado esa LOCE a la que se agarran todos los profesores como antídoto contra la revuelta de los niños mimados. Se podrá repetir, aunque sólo un año en Primaria y dos en Secundaria, para que los perezosos tengan un contraestímulo pero no tiren media infancia si son impermeables a él. Sin embargo, si convenimos en que es absurdo que los alumnos que no han sido llamados por el camino del estudio se eternicen en las aulas, lo consecuente sería mantener los itinerarios donde estaban. Al PP se le acusó de clasista por discriminar a los menos dotados, pero una FP igual de reconocida y acreditada que el Bachillerato es todo lo contrario, además de la solución a tantos licenciados que, como los hidalgos del siglo XVII, se mueren de hambre mientras pavonean el título que los declara limpios de la vileza del trabajo manual. Finalmente, el Gobierno reforzará el Inglés y las Matemáticas. Estupendo, aunque convendría escuchar a Carlos Fernández Liria cuando advierte que la esencia matemática no es el cálculo ni el recetario para resolver problemas, sino el concepto y la lógica; justo las nociones que no se imparten en ningún lado, las que permitirían a nuestra juventud Volver a pensar. |
Referencias y contextualización El Gobierno del PSOE, que había congelado la aplicación de la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE) aprobada por el PP, anunció definitivamente la instauración de un modelo más o menos continuista respecto a la LOGSE que los socialistas redactaron en su anterior etapa en el poder. Las medida más polémica consistía en desposeer a la Religión de la categoría de asignatura obligatoria para todos, integrando los contenidos informativos de aquélla en Historia, Filosofía y la nueva materia de Ética para la Ciudadanía, y dejando los contenidos relacionados con la fe como asignatura optativa, si bien dentro del horario lectivo. A este respecto, el Gobierno dijo que consultaría al Consejo de Estado la posibilidad de que los alumnos que no quisieran estudiar una alternativa pudieran tener esa hora libre (esto significaría de hecho la salida de la Religión del horario lectivo). La inclusión de la Religión como asignatura obligatoria que iba a conllevar la LOCE si el PP no hubiera perdido las elecciones de marzo de 2004 se discute en "Demasiadas contemplaciones". El Gobierno corrigió, además, la promoción automática que estipuló la LOGSE y que había generado infinidad de críticas por parte de los propios profesores, que veían cómo su autoridad sobre los alumnos quedaba reducida a nada. Sin embargo, sólo se podría repetir una vez en Primaria y dos en Secundaria (la LOCE contemplaba la posibilidad de hasta dos en Primaria y cuatro en Secundaria). Los itinerarios implantados por la LOCE suponían que, en 3º de ESO, los alumnos tenían que elegir entre Letras, Ciencias y FP, llevando esta última opción a un título de ESO idéntico en cuanto a legitimidad a aquél al que conducía el Bachillerato. El PSOE los retrasaba ahora un año. Finalmente, el Gobierno anunciaba su intención de potenciar la enseñanza del Inglés y las Matemáticas. Volver a pensar es el título del libro al que se alude en el último párrafo, escrito por Carlos Fernández Liria y Santiago Alba Rico en 1989. La tercera parte, que es la que critica expresamente el sistema educativo, fue redactada por Fernández Liria. |
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