Decididamente, resulta muy feo ver a un Arzobispado litigando. Y si, encima, lo hace en pos de una buena suma de dinero, la estampa se antoja digna de sustituir a la frase hecha de “como pegar a un padre con un calcetín sudao” que el no siempre deslumbrante ingenio popular ha encumbrado como el término comparativo arquetípico que define a los comportamientos manifiestamente desagradables.

Siempre me ha admirado que los litigantes que acuden a un pleito sabiendo que no les asiste la razón ni el sentido común pero aspiran a sacar tajada de los defectos de forma o los resquicios legales pueden mantener erguida la cara sin que la vergüenza se la envíe pedazo a pedazo al suelo, pero el que la persona jurídica sea una institución eclesiástica, que a cambio de unas monedas es capaz de traicionar ante el Sanedrín el mensaje de honestidad, desprendimiento y misericordia que representa, convierte el sonrojo en una dolorosa ignominia.

Duele ver que el Arzobispado de Valladolid, al que nunca le va a hacer falta confiarse al famoso “Si Dios da de comer a esos pajarillos...” para tener garantizado el diezmo, se juegue la credibilidad y el prestigio con esa tesis de que el testamento manuscrito de las hermanas Gómez del Peral “modalizaba” pero no “invalidaba” el primero, cuando es obvio que, aunque los tribunales la hubieran corroborado, violenta flagrantemente la voluntad última de las dos mujeres. ¿En qué esperaba que se tradujera ese “modalizar” léxicamente apócrifo? ¿En una componenda que consensuara dos documentos que se excluyen entre sí?

Sin embargo, cuando la impiedad de la estrategia ha llegado a clamar al cielo ha sido después de perder el juicio (en sentido literal) en la Audiencia Provincial. Ahora que los tribunales parece que van a poner la herencia en manos de un pariente lejano de ciudadanía británica, el ecónomo José Luis Conde, antes muy dispuesto a traicionar el deseo expreso de las hermanas anteponiendo la legitimidad jurídica, pretende saltársela apelando a la presunta voluntad del marido de doña Carmen, que no habría querido legar su fortuna “a un inglés que ni conocía”. Salta a la vista que considerar a José María de la Cuesta el verdadero propietario de ese dinero y situar a un nivel inferior los derechos de la esposa que apechugaba con el trabajo no remunerado en casa equivale a dinamitar la liturgia del matrimonio, la unidad familiar y los bienes gananciales. Pero, claro, una vez convertido en un burdo litigante, tampoco vamos a pedir al Arzobispado que se acuerde de respetar el espíritu de los sacramentos.

 

Referencias y contextualización

Una completa crónica de los acontecimientos a los que se refiere este artículo puede encontrarse aquí . El pasaje evangélico al que se alude con la expresión "Si Dios da de comer a esos pajarillos" dice así:

"Por eso os digo: No andéis preocupados pensando qué vais acomer o a beber para sustentaros, o con qué vestido vais a cubrir vuestro cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Fijaos en las aves del cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Quién de vosotros, por más que se preocupe, puede añadir una sola hora a su vida? Y del vestido, ¿por qué os preocupáis? Fijaos cómo crecen los lirios del campo; no se afanan ni hilan; y sin embargo, os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. Pues si la hierba que hoy está en el campo y mañana se echa al horno Dios la viste así, ¿qué no hará con vosotros, hombres de poca fe? Así que no os inquietéis diciendo: ¿Qué beberemos? ¿Con qué nos vestiremos? Estas son las cosas por las que se preocupan los paganos. Ya sabe vuestro Padre celestial que las necesitáis. Buscad ante todo el reino de Dios y lo que es propio de él, y Dios os dará lo demás. No andéis preocupados por el día de mañana, que el mañana traerá su propia preocupación. A cada día le basta su propio afán" (Mt. 6, 25-34).

Sobre otro de los escándalos protagonizados por el Arzobispado de Valladolid en relación con una herencia trata el artículo-parodia en verso "Canción del ecónomo".