25 mayo 2005 |
Algo tiene que ver |
Sin duda. Suscribo de principio a fin la sospecha que alberga Juan Vicente Herrera de que algo tiene que ver la disposición del Gobierno a hablar con ETA con la renuncia a impugnar a su “brazo político”. Discutiría lo de “brazo político” y también que sea procedente su ilegalización, porque, aunque aceptáramos que Batasuna forma parte del entramado etarra, el que, una vez convertida en clandestina, otro partido se ofrezca a hacerle de correveidile no sería imputable ni siquiera mediando un acuerdo mutuo. Ello equivaldría a procesar al familiar que le haga a un recluso las gestiones necesarias en el mundo exterior. Pero, desde luego, lo que está claro es que, si prohibieron Aukera Guztiak, podían haberlo hecho con el PCTV. Obviamente, la nueva estrategia socialista “algo tiene que ver”. Sólo que, a diferencia de lo que dan por sentado Herrera y toda la derecha política e intelectual española, no creo que el Gobierno perdone al PCTV como medio para hablar con ETA. Si hubiera que jerarquizar ambas iniciativas, diría que el Gobierno se ofrece a hablar con la banda como medio para consumar un pacto con el PCTV y para que éste pueda justificarlo ante su electorado cuando el PNV empiece a llamarlo “el matrimonio de ETA con los GAL”. El artículo de Olarra en Gara sugiriendo puentear a Ibarretxe, así como la feliz constatación de que las propuestas socialista y abertzale se parecen mucho (lo apunté tres días después de las elecciones), indican que la interiorización de esta sorprendente estrategia por el mundo radical vasco va por buen camino. Herrera se equivoca al creer que se está dejando en manos de la banda “decisiones estratégicas” para el destino de España. Llegue cuando llegue la tregua, ETA ya no es un actor relevante, por mucho ruido que se empeñe en hacer para disimular que ha perdido. Dos años sin asesinar para una banda que considera la violencia una forma perfectamente legítima y útil de lograr sus objetivos trascienden con mucho el ámbito de la casualidad. A ETA no le queda más remedio que delegar en los políticos abertzales la negociación de una salida digna, para ella y para los presos. En esta tesitura, fijarse en si el PCTV condena de manera literal la violencia o sólo apuesta expresamente por la vía pacífica es una ridiculez que demuestra que, para algunos, contra ETA vivíamos mejor. No tienen la menor importancia los “excelentes resultados” que diera el pacto PP-PSOE (ni que fueran los políticos quienes detienen terroristas) ni tampoco el apoyo parlamentario con que cuente o deje de contar el Gobierno. El caso es que Zapatero ya tiene las cartas para impulsar, de acuerdo con los abertzales, una mesa de diálogo multilateral que, cuantas más quimeras contemple (Navarra, Iparralde), más larga e inoperante resultará. Dentro de unos años, cuando se disuelva, quizá algún fanático aislado retome las armas. Pero, por el camino, el Estado y Batasuna se habrán librado de Ibarretxe y ésta última incluso de la extinción.
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Referencias y contextualización El jueves 19, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, del Partido Popular, afirmó a los periodistas tras una reunión con su homólogo de Cantabria que algo tenía que ver la disposición del Gobierno a dialogar con ETA con su supuesta renuncia a ilegalizar al Partido Comunista de las Tierras Vascas, convertido en portavoz del mundo abertzale en el Parlamento vasco tras la ilegalización de Batasuna y Aukera Guztiak. Se preguntó también qué sentido tenía romper el Pacto Antiterrorista con el Partido Popular e inclinarse hacia aliados como la izquierda vasca y catalana, favorables al diálogo con ETA, cuando la época del Pacto había dado "excelentes resultados" en la lucha contra la banda (supuestamente, por la ilegalización de Batasuna y la renuncia de los dos principales partidos a utilizar el terrorismo como arma electoral), y proporcionar a los terroristas la oportunidad de tomar parte en "decisiones estratégicas". Dos días antes, el ideólogo abertzale Joxemari Olarra Agiriano publicó en el diario Gara el artículo "PNV a la oposición: hipótesis de trabajo, ¿o tal vez más?", en el que sugería la posibilidad de un pacto con el PSE para desbancar al PNV, que fue la alternativa de gobierno que predijo Kiko Rosique el 20 de abril, tres días después de las elecciones vascas, en "El verdadero frentismo vasco". El 18 de mayo se retoma este enfoque en "Concesiones, terreno perdido y traición a los muertos".
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