18 mayo 2005
Concesiones, terreno perdido y traición a los muertos
 

 

La derecha está consternada por la evidencia de que el Gobierno mantiene contactos con el mundo abertzale. Me asombra tanto su puerilidad argumental, carente de la más mínima audacia interpretativa y táctica, que no sé si es que de verdad son así de simples o se lo hacen para exagerar su despecho y embestir con más fuerza a los socialistas. A su vez, me deja tan perplejo la pobreza de las réplicas de éstos últimos, limitándose a apelar a la bondad universal del diálogo, que tampoco sé si es que no tienen nada más interesante entre manos o que todavía no lo pueden revelar.

Acebes dice que Zapatero se ha “dejado convencer” por Ibarretxe y Otegi (así, a dúo, como si no fueran rivales directos que luchan por conquistar un mismo electorado) de la necesidad de hacer concesiones para lograr la paz, y por supuesto está convencido de que le van a engañar. Ya se sabe: los políticos españoles son siempre los ingenuos y desinteresados que son capaces hasta de ofrecer su rendición y los abertzales los maléficos y astutos que, desde una posición invariablemente dominante, maquinan treguas-trampa. Pero reflexionemos un poco: ¿quién tiene actualmente la sartén por el mango y quién es más probable que haya hecho concesiones? ¿Un Gobierno establecido o un partido ilegal al que le han librado en el último momento de desaparecer del mapa político y quedarse virtualmente sin voz?

De momento, el PCTV, que en efecto ha hecho suya la posición de la Batasuna de Anoeta, ya no pide independencia sino una mesa de diálogo multilateral, y acaba de vetar a Atutxa, el presidente del Parlamento que en la anterior legislatura amparó a Sozialista Abertzaleak, “porque representa el pasado”. No comprendo cómo nadie da importancia a un gesto tan significativo. Por supuesto, no es que los batasunos se hayan vuelto pluralistas de repente, sino que la debilidad de ETA les obliga a jugar esa carta (que, no olvidemos, es opuesta al Plan Ibarretxe y compite con él; ya dijo Otegi que "el PNV está en Lizarra y nosotros en Anoeta"), igual que otras veces han visto la posibilidad de rentabilizar políticamente una tregua (¡no para engañarnos y rearmarse con disimulo como si esto fuera el juego del escondite, por Dios!) o un pacto con el PNV que entonces era de igual a igual.

Otras voces conservadoras ponen el grito en el cielo porque, a su entender, estamos perdiendo el terreno ganado por el PP, artífice de la política antiterrorista que se demostró más eficaz. En su lugar, dicen, el PSOE, devolviendo a sus epígonos a la legalidad, está revitalizando a ETA. ¿Pero es que alguien cree que la banda se anima o saca algo de provecho si Madrid tolera a su brazo político? En todo caso, lo que la justifica es el enfrentamiento. Y sí, es verdad que la actuación policial y judicial durante los períodos del PP (no el Pacto Antiterrorista, que operativamente es irrelevante) fue decisiva en el declive de ETA, pero, precisamente por eso, ahora se trata de desarrollar una nueva estrategia que permita aprovechar sus escasas bazas negociadoras. Aparte de que, mientras tanto, nadie está impidiendo actuar a nuestros agentes.

Finalmente, está la famosa frase de la traición a los muertos. Naturalmente que lo grave del conflicto vasco ha sido el sufrimiento de las personas y no el de las patrias. Sin embargo, por injusto que resulte, el dolor no otorga necesariamente la razón. Si la cosa consistiera en compensar a las víctimas, lo que habría que hacer es permitir que sus familiares descuartizaran a los presos con sus propias manos. Pero nadie hace política pensando en las víctimas, porque eso, aparte de que lleva implícita la pereza de ignorar los motivos de la otra parte, no soluciona nada. Rajoy habla de traición a los muertos y luego se le hincha la boca alabando la sensatez de la Transición.

Veo que nadie comparte mi pronóstico de hace un mes, en el que vaticiné un pacto PSE-PCTV para echar al PNV. No sé. Si Patxi López sigue postulándose para lehendakari sin haber sido el candidato más votado, tiene que ser porque sabe que puede obtener los apoyos necesarios. El PCTV y Aralar ya anunciaron el jueves que favorecerán “un giro a la izquierda”. Aralar y EB sólo ponen una condición: no votarán a un candidato apoyado por el PP. Y López se reunió con María San Gil para pedirle humildemente su rechazo.

 

 

 

Referencias y contextualización

El martes 17 se clausuró el Debate sobre el Estado de la Nación, en el que se escenificó el desencuentro entre el PSOE y el PP en su política antiterrorista. El PSOE logró sacar adelante una moción que instaba al Gobierno a dialogar con ETA en caso de que ésta dejara las armas. El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, elogió el paso dado por el Gobierno, mientras que el presidente del PP, Mariano Rajoy, lo calificó de "rendición" y de "traición a los muertos", y el portavoz parlamentario de este partido, Eduardo Zaplana, interpretó que Zapatero había "dado a ETA lo que le pedía". El ex ministro del Interior Ángel Acebes ya había comentado tras la reunión que Zapatero mantuvo con Ibarretxe el 5 de mayo que el presidente del Gobierno se había "dejado convencer" por los nacionalistas de la necesidad de hacer concesiones para lograr la paz. Tanto el PP como los periodistas conservadores echaban en cara al Gobierno que con su disposición a hablar con ETA hubiera dinamitado el Pacto Antiterrorista suscrito por ambos partidos, y que, a su juicio, había llevado a la banda terrorista al borde de la desaparición en la última legislatura del PP. Según estas opiniones, la nueva política socialista serviría para reforzar a ETA.

Los días 16 y 17, el voto en blanco de los diputados del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) impidió que se deshiciera el empate entre el candidato del PNV Juan María Atutxa y el del PSE Miguel Buen en la elección del presidente del Parlamento Vasco. Los diputados del PCTV, que sí habrían estado dispuestos a elegir a cualquier otro candidato propuesto por el PNV, el partido más votado en las elecciones autonómicas del 17 de abril, anunciaron de antemano que no apoyarían a Juan Maria Atutxa porque representaba el pasado, refiriéndose así a la crispación de la anterior legislatura, cuando el PCTV abogaba ahora por una mesa de diálogo entre todas las fuerzas políticas vascas, nacionalistas y no nacionalistas. Lo curioso es que Atutxa fue una figura controvertida precisamente por negarse a disolver el grupo parlamentario abertzale Sozialista Abertzaleak, que habían formado los diputados de Batasuna tras la ilegalización del partido en 2002, y los que más se quejaron de su supuesta parcialidad fueron el PP y el PSE.

En relación a la elección de lehendakari, tanto Juan José Ibarretxe (PNV) como Patxi López (PSE) habían mantenido una ronda de contactos con las diversas fuerzas políticas recabando apoyos para su candidatura. El jueves 12 se reunieron también el PCTV y Aralar, quienes estuvieron de acuerdo en la necesidad de constituir una mesa de diálogo entre todos los grupos parlamentarios y anunciaron que favorecerían "un giro a la izquierda". Aralar y EB, que también apostaba por las negociaciones multilaterales que llevaba defendiendo Batasuna desde comienzos de año en cumplimiento de la nueva dirección tomada en el mitin de Anoeta de noviembre de 2004, habían dicho sin embargo que no votarían a un candidato apoyado por el PP. El viernes 13, Patxi López se reunió con María San Gil, presidenta del PP vasco, quien se sorprendió de que el primero no la pidió el voto en el próximo debate de investidura.

El "pronóstico" al que se alude en el último párrafose encuentra en el artículo "El verdadero frentismo vasco", publicado el 20 de abril, y cuyo mismo enfoque se retoma y desarrolla aquí. Desde entonces hasta la fecha, ningún analista había considerado la posibilidad de que Patxi López fuera investido más que con los votos del PP, y los debates públicos habían girado en torno al desacuerdo entre el PSOE y el PP, a si la estrategia pacificadora de Zapatero va a dar resultado y a la presencia de "los portavoces de los asesinos" en el Parlamento vasco, en referencia a que el Gobierno no había emprendido acciones legales para proscribir el PCTV. Los políticos y periodistas conservadores habían acusado al PSOE de renunciar a hacerlo sólo para que los votos abertzales no fueran a parar al PNV, rival electoral de los socialistas vascos.

El artículo siguiente, "Algo tiene que ver", continúa analizando este tema a raíz de unas manifestaciones del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. El tema de las víctimas se desarrolla al mes siguiente en "Las víctimas de mañana", tras la manifestación multitudinaria convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo en Madrid en contra de la negociación con ETA.

 

 

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