22 enero 2003 |
Esperanzas y desesperanzas |
Como la esperanza, por mucho que sea lo último que se pierde, llega un momento en que también, es comprensible que en Pajarillos contemplen con recelo la clausura del barrio que el alcalde calificó como el último resquicio tercermundista de la ciudad. Es decepcionante (mejor que sospechoso) que el precio del suelo sea una barrera insalvable para el Ayuntamiento de cara a un reparto equitativo de los vecinos, pero la medida era imprescindible, y acusar a todo un colectivo de las prácticas de una fracción, minoritaria o no, es orientalismo: los realojados no son los moradores de 1979 y, los que lo son, lo son veinte años después, que es tanto como decir lo mismo; la dispersión fomentará el que no se repita la experiencia y, si no, para eso está la policía. El argumento de que facilidades como las que se han ofrecido a los gitanos deberían concederse a otros grupos necesitados menos delictivos es confundir al enemigo y no desemboca en que no se deban conceder ni a unos ni a otros. Esperanzador, desesperanzador o tercermundista, a mí el ingreso en política de Marta Domínguez y Manuel Martínez me recuerda a la película de Imamura en la que un atleta subsahariano anuncia que piensa ganar una medalla en cinco años, usarlo de rédito para ser presidente de su país en diez y construirse un palacio rodeado de calaveras de la etnia rival en quince. “Es un chiste africano”, concluye entre risas, pero la sobrevaloración del deporte en Occidente hace temer que vayamos por el mismo camino. A los ciudadanos de Fahrenheit 451 les hacían felices y bienpensantes a base, entre otras cosas, de actividades deportivas en su formación. No dudo de las buenas intenciones de los susodichos, pero, desde luego, una de dos: o un atleta no puede ser político, o político lo puede ser cualquiera y va siendo hora de que nos ahorremos sueldos, dietas, fueros y páginas y páginas de noticias sobre mediocres. Todo lo contrario que bienpensante, y a estas alturas ya no sé si esperanzado o desesperanzado, el teólogo palentino Juan José Tamayo ha sido finalmente desautorizado por la Conferencia Episcopal. ¿Por arriano? Quizás por restar importancia a naderías como la divinidad de Jesús de Nazaret y concentrarse en la denuncia del celibato, el poder del Opus Dei y el carácter cultural y relativo de todos los dogmas, y por el contrario reivindicar la sexualidad de cualquier tendencia, el sacerdocio femenino y la Teología de la Liberación.
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Referencias y contextualización El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, llevó a término la demolición del poblado de La Esperanza, un gueto gitano que, después de construirse en 1979 para conducir allí y permitir partir de cero a las familias que vivían en las chabolas del barrio de San Isidro, acabó convirtiéndose en una zona igual de depauperado y foco principal de tráfico de drogas de todo el noroeste de la Península. El proyecto, planeado por el Ayuntamiento socialista presidido por Tomás Rodríguez Bolaños, era sentido como algo urgente e irrenunciable desde hacía mucho tiempo en Valladolid, e incluía el realojo de los vecinos de La Esperanza en diversas partes de la ciudad, para evitar la concentración que había hecho fracasar la primera reubicación de los gitanos. Sin embargo, debido a la diferencia del precio del suelo de los distritos ricos a los pobres de la capital, a una parte considerable de los realojados se les facilitó una vivienda subvencionada en barrios como el de Los Pajarillos, cuyos vecinos alertaron contra el peligro de que se creara un nuevo gueto en sus calles y que el narcotráfico simplemente volviera a cambiar de lugar. Se dijo que era muy sospechosa la política consistorial que favorecía una vez más a las clases pudientes, y por ejemplo el columnista de Diario de Valladolid Alejandro Cuevas acusó al Ayuntamiento de hacer grandes esfuerzos por un grupo de delincuentes en vez de ayudar a otros colectivos igual de necesitados y que no habían tratado de salir de su situación con prácticas ilegales. "Orientalismo" es, desde el ensayo homónimo de Edward Said (1974), la tendencia de los occidentales a definir Oriente de forma esencialista, como un todo monolítico en el que no existen individuos concretos, dotándole de una serie de arquetipos en oposición a los cuáles Occidente se autoconstruye una identidad colectiva de cultura racional y civilizada. Dos semanas después de la publicación de este artículo, los hechos se encargaron de quitar la razón al optimismo de Kiko Rosique, que escribió una columna de rectificación titulada "Carta abierta a Kiko Rosique". Los vecinos llegaron a organizarse en una Coordinadora contra el Narcotráfico que se movilizó durante más de un año y medio ante la supuesta indiferencia o inoperancia de la policía; a este respecto, ver "En otras latitudes". La mediofondista palentina Marta Domínguez y el lanzador de peso leonés Manuel Martínez eran dos de los mejores atletas españoles del momento, y habían obtenido sendas medallas en los Campeonatos de Europa del año anterior. Ahora acababan de intentar el salto a la política ingresando como independientes en las listas del Partido Popular. La película del director japonés Shohei Imamura es Agua tibia bajo un puente rojo (2001), y Fahrenheit 451 es una conocida novela futurista de Ray Bradbury. Después de muchos años de tensiones, el teólogo heterodoxo palentino Juan José Tamayo acababa de ser explícitamente desautorizado por la Conferencia Episcopal española. Por supuesto, el sacerdote haría caso omiso de las reconvenciones y seguiría exponiendo en libros y conferencias su cristianismo progresista. |
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