5 junio 2011 |
Kant en la Puerta del Sol |
De todas las críticas que ha recibido hasta la fecha el Movimiento 15-M, la más paradigmática es la que le reprocha que en sus manifiestos, en sus pancartas y en sus propuestas jamás se postula la libertad del individuo. Naturalmente, se lo recriminan quienes presuponen que la libertad es igual de accesible y útil para todo el mundo; que cualquiera, tenga 10 ó 10.000, puede recurrir a ella para mejorar sus condiciones de vida; y que el Estado la devalúa al interferir en la sana y eficaz neutralidad del corral donde las gallinas andan libres y el zorro también. Pero no voy a citar a Raúl Alfonsín para entrar en un inane diálogo de sordos, sino a un pensador al que difícilmente se podrá tachar de progre, estatalista o intervencionista. En la Crítica de la Razón Práctica, Immanuel Kant sostiene que la libertad y la autonomía individual se ejerce sólo cuando un hombre no atiende a normas ni imposiciones externas y actúa siguiendo el imperativo categórico moral que le dicta su conciencia. Pues bien, no cabe descripción más exacta de lo que han hecho los chicos del 15-M. Tanto los que se quejan por impotencia y sin mayor reflexión de su situación personal como aquéllos que se muestran más formados ideológicamente, pero no por ello son menos nobles y sinceros que los primeros, por más que ciertos tertulianos, que en el fondo desearían llamarles guarros, desharrapados y facinerosos pero se cortan para no asomar la patita, opten por tacharles de activistas interesados y manipuladores. Se les podrán discutir las formas o la profundidad del fondo, pero no que, a diferencia de todos nosotros, ellos han seguido honestamente el dictado de su conciencia, han hecho lo que creían su deber moral sin reparar en molestias, convenciones ni regañinas de sus mayores, y han retado al sistema con un lenguaje distinto al que él impone, porque conjugar éste último conduce inexorablemente al demencial imperativo de la competitividad y la rentabilidad por encima de todo y de todos. Ahora que va a comenzar la segunda fase de la protesta, que el imperativo mediático aconseja ingeniar otras novedades para articular la movilización y mantener el interés del público, que habrá que bajar a la arena de un programa concreto y detallado que ya no concitará el consenso de todos los simpatizantes y al que sus adversarios buscarán con ahínco carencias y sesgos, conviene desmentir esa vil amenaza de que el sueño de la revolución produce el monstruo del totalitarismo. Más bien al contrario. Kant diría que esto se parece mucho a lo que él tenía en mente cuando trató de definir la libertad.
|
Referencias y contextualización Tras dos semanas acampados en la Puerta del Sol, los manifestantes del Movimiento 15-M, a veces llamado también "Democracia Real Ya" por uno de sus colectivos más representativos, se planteaban si seguir adelante con el campamento, pese a las crecientes protestas de los comerciantes de la zona, o si pasar a articular otras formas de protesta. También se refieren al movimiento los dos artículos anteriores, "Lo que está en juego" y "PSOE y 15-M: futura simbiosis". El expresidente del Gobierno argentino Raúl Alfonsín definía el liberalismo como el sistema en el que las gallinas andan libres y el zorro también.
|
|