24 marzo 2004 |
La noble cuna de ZP |
Calcando la lógica aplastante de esa tradición japonesa según la cual uno, al obtener un título aristocrático, no ennoblece automáticamente a sus descendientes sino a sus antepasados, España vuelve sus ojos a los orígenes vallisoletano-leoneses del nuevo mesías del socialismo. Como pidiendo perdón por su poca fe, los periodistas sienten ahora la necesidad de dar cuerpo al mismo personaje que hasta hace dos días trataban con la indulgencia o la crueldad con que habrían recibido las aspiraciones políticas de ZiPi y ZaPe. Nos enteramos, así, de que ya en el Comité Provincial del PSOE en León, había compañeros convencidos de que Rodríguez Zapatero estaba llamado a grandes gestas, y cuando se lo decían, él se quedaba callado y sonreía. Sus antiguos colegas, además, le condecoran con adjetivos de arrobo, como es costumbre en quienes descubren de repente que fueron testigos privilegiados de un hecho histórico y quieren mantenerse a la altura. Siguiendo las veleidosas directrices del destino, de repente la percha informativa siente el antojo inexplicable de colgarse en el armario del director del Colegio Leonés, en el que Zapatero estudió Bachillerato. Y aquél desvela que el dirigente del PSOE era “de los alumnos que a uno siempre le apetece tener”, “trabajador”, “dispuesto a ayudar a sus compañeros” y hasta “contestatario”. Aunque, puestos a citar bromas de los astros, ninguna tan deliciosa como la coincidencia de Zapatero en las Discípulas de Jesús con…¡el hermano pequeño de Mariano Rajoy! En lo que confluyen ex camaradas, su biógrafo Óscar Campillo y la opinión general de los españoles, es en que Zapatero es una buena persona, a quien costaba imaginarse triunfando en el nido de víboras de la política. Favorecido por la calculada intervención de unos lunáticos, la ceguera del CNI o el disimulo del Gobierno, llega a la presidencia un hombre noble, que dará prioridad a cuestiones sociales y educativas que clamaban al cielo, se marchará de Irak sin rendirse porque sólo en la mente de Bush y Bin Laden esa guerra tiene algo que ver con el terrorismo islámico, y ya exhibe el talante idóneo para que no se apague el rescoldo del “espíritu de Atocha” de la forma en que Aznar dejó morir el “espíritu de Ermua”. Tiene la sartén por el mango, y su figura crecerá ahora que se siente seguro y no ha de rendir cuentas ante nadie. Los periodistas ya han empezado a reelaborar su pasado. A dar forma al mito fundacional que acompaña a toda construcción de un líder.
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Referencias y contextualización ZP (Zapatero Presidente) fue el logotipo que acompañó a la campaña electoral del PSOE y terminó haciendo singular fortuna (ver "Año 1 d. ZP"), tanto entre sus partidarios como entre sus enemigos, que lo solían utilizar a modo de diminutivo peyorativo. Ante la creencia general de que había manipulado la información para evitar el previsible perjuicio electoral que le iba a causar la autoría islámica de los atentados del 11-M, el Gobierno en funciones del PP acababa de desclasificar unos documentos internos del Centro Nacional de Inteligencia para demostrar a la ciudadanía que su convencimiento de que la autora era ETA había sido sincero y deducido de las propias informaciones que le había hecho llegar el CNI. Óscar Campillo, director de El Mundo de Castilla y León, era autor de la única biografía de Zapatero disponible en el mercado. El anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de que, en cumplimiento de su programa electoral, retiraría las tropas españolas de Irak, había generado ya las primeras calificaciones de "rendición" desde los círculos políticos y periodísticos que le eran hostiles. Sobre el escaso carisma que se atribuía a Zapatero antes de las elecciones y sus expectativas de mejorarlo, se puede leer "Aznar o el carisma de los elegidos". |
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