16 marzo 2005
Año 1 d. ZP
 

 

El milagro se ha consumado. Gracias a la hábil inclusión de las dos primeras consonantes del apellido (aunque la segunda se refería en origen a presidente), a la bendición que supone para los periodistas cuando no logran encajar los titulares y al reiterado empleo peyorativo que han hecho de él sus enemigos, un año después de las elecciones aún sigue en boga el logotipo ZP. Original, asequible, mediático y un poco pueril y simplón, el insólito gancho publicitario del mesías socialista sintetiza con cierta clarividencia sus primeros meses de gobierno.

En su peculiar celebración del aniversario, Ángel Acebes continuó cincelando la cara de perdedor resentido que se le ha quedado echando la culpa al 11-M. Seguramente tenga parte de razón, pero yo no descartaría cierto voto oculto de ése que a veces da como vergüenza confesar: los sondeos a pie de urna, una vez culminado su papelón de aquellos tres días, sólo vaticinaban un empate. Además, los electorados que más se movilizaron fueron el vasco y el catalán, que habían llegado a detestar a Aznar en los últimos años. Diego Fernández Magdaleno, ex director del Conservatorio de Valladolid, decía el otro día en su blog: “Escucho las declaraciones de la derecha sobre el 11-M. ¿Cómo pueden seguir así?”. Pues siguen, y de paso espolean las interminables y muy cargantes apelaciones de la izquierda a la Guerra de Irak, que sí, puso en entredicho la categoría de Aznar pero tampoco implicó directamente a España en ningún delito de sangre. Por cierto que, a pesar de todo lo ocurrido, lo mejor que podría pasar ahora es que EEUU barriera a los integristas que, con la coartada de la resistencia, se dedican a masacrar a personas que sólo buscan abrirse paso en la vida aprovechando los puestos vacantes en la Administración.

Juan Vicente Herrera, por su parte, dijo que el año 1 d. ZP ha sido tiempo perdido y que replantear el modelo de Estado es un despropósito. Hombre, pues es banal, pejilguero, infantil y pesadísimo, como todas las demandas de ERC. Pero deberíamos ir olvidando la cantinela de un Gobierno débil e hipotecado: ¡si a ERC la torean en todo lo importante! No es verdad que los nacionalismos se atrevan a acelerar ahora lo que no se atrevían a hacer con el PP, como escribió en estas páginas mi amigo Ignacio Mucientes. El Plan Ibarretxe tenía fecha fija desde 2002, el debate constitucional se abrió en 2003 y Carod-Rovira, de quien se puede esperar cualquier cosa menos que se reste méritos, dijo tras su aldabonazo electoral de ese diciembre que Aznar había conseguido reclutar más nacionalistas catalanes en una legislatura que ellos en toda la democracia.

Los agoreros de la destrucción de España ya intentaron en vano asustar a la peña con las consecuencias de la política exterior socialista y los problemas económicos y la corrupción del mandato de González, como si fueran implícitos en las siglas; un razonamiento igual de inconsistente y perezoso, por otro lado, que el de los más tontos del bando contrario cuando declaran al PP heredero directo del franquismo. Con tanta cizaña y sal en las heridas, el único consenso al que hemos asistido en el aniversario del cambio de era ha sido esa desvergonzada falacia de que “las víctimas son de todos”. Bueno, a fin de cuentas el consenso no es más que otro logotipo.

 

 

 

Referencias y contextualización

El 14 de marzo se cumplió el primer aniversario de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE en las elecciones generales. La campaña socialista estuvo presidida por el logotipo publicitario ZP (Zapatero presidente) creado por la agencia de publicidad DDB, y que un año después seguían utilizando con frecuencia políticos, periodistas y ciudadanos en general. Sobre el escaso carisma que se atribuía a Zapatero antes de las elecciones de 2004 y sus expectativas de mejorarlo, se puede leer "Aznar o el carisma de los elegidos". Y, acerca del comienzo de su mitificación retrospectiva, "La noble cuna de ZP"..

El secretario general del PP y ministro de Interior durante los difíciles días que siguieron a los atentados del 11-M (ver "Cuatro días de marzo") insistió en la convicción de su partido y de la mayoría de los españoles de que, sin aquéllos, los populares habrían vuelto a ganar las elecciones. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, había criticado la semana anterior el replanteamiento del modelo de Estado que pensaba acometer el Gobierno, y que según los adversarios del PSOE estaba condicionado por la necesidad que éste tenía del apoyo parlamentario del partido nacionalista Esquerra Republicana de Catalunya, que saltó a primer plano de la actualidad política española con su salto electoral en las elecciones autonómicas de noviembre de 2003 y su pacto de gobierno también allí con los socialistas catalanes. Sobre el inicio del debate sobre la reforma constitucional y estatutaria, ver "Constitucionalmente hablando", "En torno al decisionismo". Una parodia sobre este asunto fechada a finales de 2004 puede encontrarse en "Las muelas del juicio".

Zapatero, por su parte, hizo balance el lunes 14 de su primer año en el gobierno y, entre otras cosas, calificó a España como "el país de la paz en el mundo", en una alusión indirecta a su decisión de retirar las tropas de Irak, uno de los escenarios en que los socialistas estaban permanentemente marcando distancias con el Gobierno de Aznar. PP y PSOE apenas coincidieron en otra cosa que en su recuerdo a las víctimas del 11-M, corroborando la clara confrontación bipolar que había caracterizado a España en el año transcurrido desde entonces, constatado estos días por la prensa internacional.

Zapatero reprochó la actitud de los que habían echado "sal en las heridas", en alusión velada a los dirigentes políticos y líderes de opinión de la derecha que, a su juicio, habían alimentado esa confrontación aprovechándose del trauma nacional provocado por los atentados. Mariano Rajoy le contestó que quien echa sal en las heridas es quien renuncia a averiguar la verdad, criticando así el que el PSOE se conformara con la versión oficial de los atentados del 11-M y quisiera cerrar su Comisión de Investigación Parlamentaria (sobre ésta última, ver "La Co-omisión sobre el 11-M" y "Conclusiones").

Ignacio Mucientes, ingeniero agrícola, militante del PP y compañero de colegio de Kiko Rosique, es colaborador ocasional en la sección de Opinión de El Mundo-Diario de Valladolid. La dirección de la bitácora de Diego Fernández Magdaleno es http://www.dfmagdaleno.blogspot.com/.

 

 

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