13 octubre 2010
Ofensas y ofendidos
 

 

El ser humano ha dado tanto hilo a la cometa de sus abstracciones que, en ciertos campos semánticos, nos encontramos con la paradoja de que la realidad sustancial no la nombra la forma que tiene encomendada esa misión, el sustantivo, sino la palabra que designa los atributos accidentales, el adjetivo. Propiamente no existe la vida, existen seres vivos; la felicidad no es más que la entelequia que presumimos que sienten las personas felices; y, desde luego, las ofensas no son nada antes ni independientemente de que alquien se sienta ofendido.

Cuando la llamada Asociación de Jóvenes por la Información Objetiva (AJIO) y otros grupos universitarios de Valladolid protestan por el supuesto ultraje que Leo Bassi cometió contra la religión católica la pasada semana, y anuncian nada menos que una querella criminal contra el actor y el rector que se lo permitió, lo único que demuestran es que ellos se lo tomaron como tal. Supongo que será por los cinco primeros munutos de parodia del Papa y un par de exabruptos, porque la conferencia en sí, larga, prolija y no especialmente interesante, se limitó a apuntar una serie de hechos que refutan la narrativa de Occidente como una continuidad de base cristiana.

Otras veces ya he comentado que las raíces de la Europa actual son, más que cristianas, ilustradas; desde una fecha no muy lejana a aquélla en la que Nietzsche expidió el certificado de defunción de Dios, para detectar un elemento de procedencia religiosa en nuestra forma de vida tenemos que dar por bueno el vínculo que trazó Max Weber entre la moral calvinista y el capitalismo. Hoy me limito a preguntar qué tiene de especial la religión (el catolicismo y por supuesto, como reclamaba Luis Martín Arias, también el islam) para que cualquier chanza sobre ella se interprete como una irreverencia y una provocación.

¿Por qué una ridiculización de Zapatero, como las que seguro que suelen regocijar a los denunciantes, no supone también una ofensa intolerable al honor de los socialistas? ¿Por qué se pueden hacer bromas sobre dejes, tics y tipos sociales, y si afectan a Dios o la Iglesia adquieren la sonora y vituperable categoría de blasfemia? Obviamente, la razón es que algunos otorgan a las víctimas de este tipo de chistes una sacralidad que las vuelve alérgicas al relativismo que, como proclamó Bassi en su charla, es consustancial a la risa. Pero, claro, eso sólo es problema de quienes, fabulando que hay cosas sagradas, se dan por ofendidos.


 
 

 

Referencias y contextualización

El 6 de octubre, el actor y humorista Leo Bassi pronunció en la Universidad de Valladolid una conferencia titulada “Las raíces judeo-cristianas de Occidente: un fraude histórico a combatir”, en cuyos primeros minutos apareció disfrazado de Papa repartiendo preservativos como si diera la comunión. La Asociación Jóvenes por la Información Objetiva (AJIO), el colectivo Derechos y Libertades, la Asociación Abogados Cristianos anunciaron que presentarían, con la colaboración del Centro Jurídico Tomás Moro, una querella criminal contra Bassi y el rector del centro, Marcos Sacristán.

Nietzsche proclama que "Dios ha muerto" en La gaya ciencia y Así hablaba Zaratustra (1882-1885), queriendo expresar que la sociedad occidental ha dejado de obedecer la moral cristiana. Max Weber formuló en La ética protestante y el espíritu del capitalismo (1903) su célebre tesis de que los principios morales del protestantismo, y en especial la idea de la predestinación y el éxito en vida como reflejo de la bendición de Dios, hicieron que los países en que arraigó estuvieran mejor preparados que los católicos para desarrollar las actividades económicas que darían origen al capitalismo. Luis Martín Arias, también columnista de El Mundo de Castilla y León, censuraba en su artículo sobre la actuación de Bassi la facilidad con la que la izquierda se burla del cristianismo y su falta de valor para hacer lo propio con el islam, cuyos sectores más fundamentalistas son capaces de castigar con la muerte este tipo de bromas. Un artículo donde se afirma que las raíces de la Europa no son cristianas sino ilustradas en "Constitución Europea: NS/NC". Uno donde se compara el fundamentalismo cristiano con el musulmán es "Más allá del respeto y la libertad de expresión", publicado en Periodista Digital.

 

 

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