14 abril 2010
Secretos del sumario
 

 

De momento, los cargos del PP regional pueden dormir en paz: no salen en la segunda entrega del sumario del caso Gürtel. Se dice que en las profundidades del despacho del juez Pedreira habita una criatura que lleva el inquietante nombre de “Aforados de Castilla y León” y que, cuando despierte, provocará una masacre que ni los quintos de Pedrajas entre las gallinas. Pero, mientras tanto, las noches de los dirigentes populares transcurren sigilosas y fecundas como las de una central fotovoltaica.

Tranquilo está, por ejemplo, José Manuel Fernández Santiago, a quien ni Francisco Correa ni su contable, José Luis Izquierdo, identificaron en sus declaraciones bajo las letras T.O. Por lo visto, no le desvela ni el fax de la Consejería de Fomento que se incautó a la trama grapado a un par de hojas que anotaban pagos en sobre a Correa y a otras personas designadas por sus iniciales, entre ellas la misteriosa T. O.

También descansa Jesús Merino, y eso que su nombre sí tenía todas las letras en el sumario y, por consiguiente, también todos los números para continuar la saga/fuga de L. B; es decir, dejar el PP pero no el escaño que le pertenece. En realidad, todos sabemos de sobra que los votantes eligen a un partido, no a un candidato; lo que compete sólo al individuo son precisamente sus delitos. Por eso, los socialistas hacen trampa cuando hablan de corrupción del PP, éste al reprochar Filesa al PSOE actual, y la sociedad y los medios demuestran su inmadurez cada vez que asumen las metonimias de unos y otros y exigen cabezas a Rajoy como si corriera alguna prisa adelantarse a la sentencia.

Sin embargo, todo lo anterior es secundario. La razón de que los populares duerman es que, hasta el momento, nada de lo publicado del sumario ha puesto al descubierto sus secretos inconfesables. Porque lo peor de estos casos no es que te trinquen, ¡es que te transcriben! Por ejemplo, apuesto a que más de un miembro del PP de Castilla y León ha fabulado alguna vez por teléfono con la soltería del presidente o ha revelado lo que sueña con hacerle a la consejera de Agricultura. Pues bien, ahora el pobre debe de estar implorando que su interlocutor no fuera, por casualidad, colega de Correa. Para lograr que alguno o alguna le perdonase el desafuero no le iba a valer ni con un suplicatorio.


 
 

 

Referencias y contextualización

El martes 6, el juez del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid Antonio Pedreira levantó el secreto de una segunda parte del sumario que instruía para investigar el llamado "caso Gürtel", sobre una trama de corrupción dirigida presuntamente por Francisco Correa, empresario que había medrado sobornando a cargos y dirigentes del PP en Madrid y Valencia. Desde entonces, la prensa había ido desgranando las revelaciones más suculentas del sumario. Otras dos noticias de la semana en la región habían sido la matanza de gallinas por los quintos de Pedrajas de San Esteban y la revelación de un fraude masivo entre las centrales fotovoltaicas de Castilla y León, al descubrirse que producían energía también de noche, cuando no hay sol (este fraude sería desmentido semanas más tarde por tratarse de un error de medición).

En Castilla y León, se especulaba que el caso Gürtel podía salpicar al presidente del Parlamento de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago, quien era consejero de Fomento cuando la Junta hizo una concesión de obra sospechosa a la empresa Teconsa, supuestamente relacionada con la trama de Correa. Además, en diversos documentos incautados a la trama aparecían las iniciales T. O. , que se sospechaba podían corresponder a Fernández Santiago, a quien se apodaba "Toti".

Otro miembro del PP regional imputado era, como se conocía desde hacía tiempo, el diputado Jesús Merino, quien, inicialmente, se dio de baja del partido pero no abandonó su acta parlamentaria, lo mismo que hizo el senador y ex tesorero del PP Luis Bárcenas, identificado en muchos documentos de la trama como L. B. La saga/fuga de J. B. es una célebre novela de Gonzalo Torrente Ballester. El "caso Filesa" investigó una trama de financiación ilegal del PSOE en los tiempos en que era presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas Felipe González. El suplicatorio es lo que pide el Tribunal Supremo para poder juzgar a un parlamentario, por su condición de aforado, y lo han de conceder por votación la cámara correspondiente.

Otro artículo sobre el caso Gürtel y sus implicaciones en Castilla y León, escrito con motivo del levantamiento de la primera parte del sumario en otoño de 2009, es "El cometa Gürtel sobrevuela la región".

 

 

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