27 junio 2001 |
Una Historia alternativa (Contribución al Día del Orgullo Gay) |
Tras huir del faraón, Moisés entró a cuidar el ganado del hijo de Jetró, un bello y apuesto muchacho con quien llegó a trabar cálida amistad. Un día, paseando con él por el monte, vio una zarza que ardía sin consumirse. De inmediato, supo que Yahvé estaba allí, y que todo lo que sentía en sus entrañas era fuego puro y noble de Yahvé. Moisés, inspirado por Dios, anotó las revelaciones en las Tablas de la Ley; una de ellas decía: “No desearás sino a tu igual, el hombre, pues está escrito que la mujer, pasto de serpiente, sólo habrá de servir para parir con dolor tus hijos”. Los judíos fueron fieles a su dios y, tras la reforma cristiana, su religión se convirtió en la oficial del Imperio Romano. Los latinos ya tenían costumbre de montárselo con efebos y acataron con gusto el precepto; a los bárbaros les costó un poco más, pero, deslumbrados por la cultura clásica, terminaron apreciando el placer homosexual. La Iglesia tuvo que vencer varias herejías, como la arriana, que sostenía que Cristo, por descender de mujer como todos, no podía ser consustancial al Padre; pero los escolásticos demostraron la encarnación sin mancha, los trovadores cantaron amor cortés a los niños y el Renacimiento se llenó de estatuas de Aquiles y Patroclo. Las mujeres tardaron siglos en reaccionar. Habitaban un gueto donde iban los hombres cuando les tocaba recambio generacional y al parir entregaban el bebé. En el ínterin, muchas eran lesbianas, pero eso daba igual. Más grave era que algunos hombres acudían al barrio más de lo que estipulaba su débito social: eran desterrados por inmorales y pervertidos, y a las mujeres implicadas se las quemaba en la hoguera como brujas. Otras, asqueadas de su condición femenina, optaban por arañarse el cuerpo o se metían monjas. Sólo en 1914 los gobiernos necesitaron su mano de obra y tuvieron que concederlas el derecho al voto. Se hicieron un hueco en el mundo. En 1968 promovieron una campaña por su libertad sexual y muchos hombres descubrieron que lo que les ponía eran las tías. La sociedad se negó terminantemente: las relaciones heterosexuales eran aberraciones contra natura. No se podía equiparar una pareja de hecho con un matrimonio homosexual consagrado por la Iglesia, y menos aún educar a los niños en esa atmósfera perniciosa, sin el equilibrio que siempre había proporcionado la unión de dos padres varones. El Día del Orgullo Hetero de 2001, un columnista vallisoletano, que era tan gay como cualquiera, no pudo evitar preguntarse cómo habría sido la Historia si Jetró hubiera tenido siete hijas.
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Referencias y contextualización El relato bíblico, en realidad, cuenta que Jetró tuvo siete hijas y que Moisés se casó con la menor de ellas. Durante su estancia al servicio de Jetró es cuando recibió las revelaciones de Yahvé y escribió las Tablas de la Ley. Los patricios romanos solían tener relaciones eróticas con adolescentes de su mismo sexo. Es un lugar común de la Historia que los pueblos germanos, al invadir el Imperio, asimilaron la cultura latina porque quedaron deslumbrados por ella. El arrianismo fue una herejía medieval que negaba que Jesucristo, un hombre a fin de cuentas, pudiera ser de la misma naturaleza que Dios Padre. La Escolástica, iniciada por Santo Tomás de Aquino, se caracterizó por su empeño en demostrar hasta el paroxismo los dogmas del cristianismo según la lógica aristotélica (aunque no precisamente el de la Inmaculada Concepción, que data de 1854). El Renacimiento fue pródigo en revivir artísticamente los mitos y la estética de Grecia y Roma. La amistad entre Aquiles y Patroclo descrita en la Ilíada ha sido muchas veces interpretada como una relación homosexual velada. La quema de brujas y la mortificación a la que muchas mujeres sometían a sus cuerpos son dos de las muestras más lacerantes que la Historia nos ofrece del desprecio que la cultura cristiana ha profesado hacia la condición femenina. El ingreso en un convento era a veces la salida más honrosa que sentían moral o pragmáticamente que las quedaba. La concesión del sufragio femenino fue una de las consecuencias de que las mujeres cubrieran durante la Primera Guerra Mundial los puestos desguarnecidos en las empresas y las industrias por los varones que marchaban al frente. El Día del Orgullo Gay se celebra todos los años a finales del mes de junio. Otra defensa del derecho de los homosexuales a casarse y adoptar hijos se realiza en "No es sensibilización". Cuando, tras las elecciones de marzo de 2004, el nuevo Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó el matrimonio gay, los sectores conservadores pasaron progresivamente a centrar sus críticas en que las uniones homosexuales recibieran el nombre de matrimonio; una contraargumentación se puede encontrar en "Las palabras y las cosas".
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