3 noviembre 2010
El cuadro y las puntas
 

 

Entre los 30 años y los 40, decenio arriba decenio abajo, llega un momento en el uno que siente que su vida está más o menos orientada en los tres o cuatro ámbitos importantes (no más) que la componen. Probablemente se trate de una ilusión, porque la vida no se detiene nunca y siempre se guarda un cuchillo con el que hacer pedazos cualquier estabilidad aparente. Pero el caso es que, si uno contempla el retrato de su propio personaje, cree poder percibir en él un rostro nítido, un perfil trazado. Y, en parte por imposiciones del destino y en parte por autoimposición de coherencia, intuye que ya no va a experimentar grandes retoques.

La cruel paradoja es que, aproximadamente por las mismas fechas en que el cuadro adquiere el acabado necesario para lucir en la pared, empiezan a caérsele las puntas que en su día sujetaron el marco. Uno pierde a los últimos abuelos, a los primeros tíos, a alguno de sus profesores; en el peor de los casos, hasta a un padre o una madre, cuando una enfermedad o un accidente adelantan aún más el antes de tiempo al que siempre llega la muerte. En cierto modo, es como si dieran por cumplida la función de meros engranajes que todos tenemos asignada en este extraño montaje, donde los individuos concretos y reales se consumen para que perviva la abstracción colectiva.

El domingo falleció Chus González, la directora del Jardín de Infancia Niña María de Valladolid, donde yo empecé a formarme. Me lo contó por teléfono mi buen amigo Jesús Arroyo, ex compañero de clase en el kinder, hoy jefe de prensa de La Caixa y casi coautor de este artículo. A medida que avanzaba la conversación, resultaba impactante constatar que un sedimento de nuestro carácter, una causa motriz de nuestras vidas, se agarraban con fuerza a la figura enjuta de esta maestra entregada y orgullosa de su trabajo que, sin embargo, se acababa de desprender del cuadro.

Miles de ciudadanos debieron de sentir algo parecido este fin de semana en los cementerios de Castilla y León. El vértigo atroz de saber que deben buena parte de lo que son a alguien que ya no está para recordarles qué son, ni para recordarles que ha sido.


 
 

 

Referencias y contextualización

El 1 de noviembre, que este año cayó en lunes, se celebra en España el Día de Todos los Santos. Durante todo el fin de semana, los españoles acudieron, según la tradición, a visitar a sus muertos a los cementerios. La paradoja de que los individuos mueran y los colectivos pervivan ya se había expuesto en "A tiro de piedra"primera hora del miércoles 20, día en que se publicó el artículo anterior, La saga/fuga de ZP (en el que se identifica al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el Vate José Barrantes de la novela La saga/fuga de J. B., de Gonzalo Torrente Ballester) , comenzaron a volar los rumores de una inminente y profunda remodelación del gabinete, que Zapatero confirmó personalmente en una rueda de prensa en La Moncloa a las 12 del mediodía. Especialmente se destacó que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, era designado vicepresidente primero y portavoz del Ejecutivo, en un movimiento que algunos comentaristas interpretaron como que Zapatero se encomendaba a la buena imagen de Rubalcaba para remontar en las encuestas y otros como un intento de darle visibilidad y poder previo a su eventual candidatura a las elecciones de 2012. Antonio Rubio es un destacado periodista de investigación del periódico El Mundo.

Ese mismo día, saltó la polémica a nivel nacional por unas declaraciones del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, en la cadena de radio Onda Cero, en las que habló de la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín, en estos términos. Varios dirigentes del PSOE, entre ellos su vicesecretario general y ministro de Fomento, José Blanco, en una rueda de prensa convocada de forma extraordinaria en Ferraz, calificaron estas palabras de "intolerables" y "machistas".

 

 

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