14 julio 2004 |
Las doce semanas |
Hasta los más incondicionales partidarios del aborto tenemos que replantear nuestra postura tras la publicación de una ecografía británica que mostraba un feto de doce semanas con rasgos ya nítidamente humanos. Ése es el plazo que el Gobierno español pretende fijar para interrumpir el embarazo sin más requisitos que la voluntad de la madre, dentro de una impecable reforma social y laica que, a las doce semanas de la investidura, ya avanza la homologación del amor homosexual, la investigación con células madre y el freno a la reimposición de la Religión como adiestrador obligatorio. Si el clamor popular logra disuadir al PSOE de su absurdo propósito de impulsar el islam a cambio de tenerlo bajo control, en normalización intelectual (no en la democrática, que incluye las comisiones parlamentarias) estaremos cerca de la vanguardia de Occidente. Contra lo que quieren deducir los moralistas anti-vida que se hacen llamar pro-vida, el que la mitad de las adolescentes embarazadas opten por abortar demuestra que hay que facilitar la interrupción de la gestación a las mujeres que sufran los efectos colaterales de la pulsión más irrenunciablemente humana. Pero hasta qué momento. El debate no afecta a la utilización de embriones de 14 días para extraer sus células madre, y tampoco el desarrollo facial tiene por qué llevar aparejado uno igualmente precoz del sistema nervioso, responsable de que los seres vivos sientan dolor físico; sin embargo, es plausible que sí, y se hace necesario aclararlo antes de flexibilizar la ley del aborto. Por una razón perentoria, aunque quizá poco sugestiva para los católicos. Y es que, aun descartada la naturaleza humana de un ser que carece de cerebro y por tanto de los circuitos y el aprendizaje necesarios para pensar y sentir como persona, y pese a que su padecimiento no pueda compararse a la tortura mental de la madre forzosa, no tenemos derecho a ocasionar un dolor gratuito a un animal susceptible de sufrir, cuando hay posibilidad de abortar antes. Por eso, quienes consideremos un crimen las corridas de toros, los malos tratos a los perros y la brutalidad inútil en la matanza del cerdo; los que nos sintamos incapaces de dar un capirotazo a una hormiga si se nos cuela entre las páginas de un libro, tendremos que condicionar nuestro apoyo al cuarto supuesto del aborto al grado exacto de desarrollo que alcance el feto a las doce semanas. |
Referencias y contextualización En las doce semanas que habían transcurrido desde su investidura, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero había anunciado la regularización del matrimonio civil para los homosexuales, el fomento de la investigación con células madre extraídas de embriones y la paralización de la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE), aprobada durante el mandato de José María Aznar y una de cuyas medidas era la reimplantación de la Religión como asignatura obligatoria y evaluable en la Educación Secundaria (sobre el planteamiento que PP y PSOE hacían de estos temas antes de las elecciones del 14 de marzo, ver "A dos meses vista"). Además, pretendía ampliar los tres supuestos bajo los que se permitía hasta ahora el aborto (violación, malformaciones en el feto y peligro para la salud física o mental de la madre) a un cuarto, basado en la realidad social y económica y que de hecho dejaría la decisión en manos de la madre sin necesidad de contar con la aprobación de un médico. Este supuesto permitiría una aborto libre hasta las doce semanas. Sin embargo, en el Reino Unido, la opinión pública se había visto sacudida por la publicación de una imagen obtenida de una ecografía y que mostraba a un feto con apariencia claramente humana. Sobre el aborto, ver también "Simplemente una liberación". Por estas fechas, la atención de la opinión pública estaba centrada en la Comisión de Investigación Parlamentaria sobre los atentados del 11-M. A pesar de la promesa de transparencia hecha por Rodríguez Zapatero, el PSOE y otros partidos como ERC estaban vetando la comparecencia en ella de algunos testigos cuyo testimonio podía resultar esclarecedora sobre algunos aspectos de la trama. Sobre el 11-M y las elecciones generales que ganó el PSOE tres días después, ver "Cuatro días de marzo" . |
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