14 enero 2004
A dos meses vista
 

 

Dos meses. Sesenta días. Parece una enormidad si se piensa que es doce veces la suspensión que les cae a los antidisturbios por golpear en la cabeza a una manifestante mientras ésta llama con el móvil, pero lo cierto es que no es nada. Las elecciones del 14 de marzo están ahí.

Los políticos no suelen ser tan diáfanos; sin embargo, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, los programas anticipados por PP y PSOE se corresponden bastante con lo que podemos entender por derecha e izquierda a día de hoy. Por mi parte, prefiero no hablar de centro, no por susceptible sino porque me resulta más natural establecer una dicotomía entre dos extremos que entre un extremo y el medio; en todo caso, si contáramos con IU y colocásemos a las tres formaciones en una horizontal, la que ocuparía el centro sería el PSOE. Pistas de la geometría.

El hecho es que, coincidentes las políticas económicas, los electores tendrán que decidir su voto por cuestiones estrictamente ideológicas. Habrá personas que consideren la unidad de España un objetivo irrenunciable, y que la relación con los nacionalismos es un pulso que consiste en ganar o ceder terreno y se gana más castigando que discutiendo. O que nuestro país debe ser una potencia militar. O que es una virtud que todos los miembros de un partido opinen lo mismo.

En cambio, habrá personas que piensen que esas cosas se resuelven con otro talante o son simplemente anecdóticas. O que los presupuestos están mejor invertidos en que más gente se opere de la vista y más estudiantes dispongan de beca. O que el que los Ministerios de Educación, Sanidad y Asuntos Sociales preparen leyes en función de la doctrina eclesiástica es exactamente lo mismo que si, por ejemplo, el de Justicia castigase a los criminales con penas en el infierno y el de Hacienda pidiese la declaración de la renta a los Reyes Magos.

Habrá gente que sienta perfectamente válida la alegación de Rouco Varela de que la Seguridad Social quebrará si se consienten los matrimonios homosexuales. Y habrá gente que responda que lo que no coticen los hijos que éstos no van a engendrar se compensaría de sobra eliminando el donativo anual de 60 millones de euros que el Estado concede a la Iglesia además de las contribuciones de quienes marcan la X en la casilla correspondiente.

Ahora mismo, eso es la derecha y eso es la izquierda. Sólo eso y todo eso. Seguirá siéndolo dentro de dos meses.


 

 

Referencias y contextualización

El 9 de enero el Gobierno anunció que las elecciones generales se celebrarían el 14 de marzo, agotando así la legislatura por segunda vez consecutiva. Esta misma semana se supo que la condena a un policía municipal que golpeó a una manifestante contra la guerra de Irak mientras ésta llamaba por el teléfono móvil sería de cinco días sin empleo y sueldo.

Una de las principales críticas del PP al PSOE era que la postura de líderes socialistas como Pasqual Maragall u Odón Elorza sobre el tema territorial era absolutamente opuesta a la de otros como Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Manuel Chaves o José Bono. El PSOE, por su parte, tenía entre sus promesas electorales un aumento del 40% de las becas para universitarios y la gratuidad de las operaciones de la vista con tecnología láser.

La presencia o ausencia de la Religión como asignatura obligatoria y evaluable en la enseñanza secundaria (ver "Demasiadas contemplaciones"), la investigación con células madre extraídas de embriones (ver "A los que nos llaman nazis" y "Detrás de la Ley de Reproducción Asistida ") y la concesión del derecho al matrimonio civil a los homosexuales (ver "Una Historia alternativa (Contribución al Día del Orgullo Gay)" eran tres de los grandes temas sociales en los que la posición del PP y la del PSOE difería por completo. Antonio María Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, acababa de advertir que la Seguridad Social quebraría si se consentían los matrimonios homosexuales, ya que esto disminuiría la natalidad y envejecería la población.

Sobre la ideología exhibida por el PP en la última legislatura, ver "La derecha a la que podría votar yo".

 

 

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