23 noviembre 2005
La táctica del tirasoga
 

Quizás se trate de una casualidad, pero ya van dos veces y, desde luego, como estrategia de negociación es demoledora. Sucedió con la aportación estatal para sanear las sanidades autonómicas y ahora ha vuelto a ocurrir con el pulso de la Ley Orgánica de Educación. Si la mecánica es premeditada, habrá que llamarla la táctica del tirasoga.

Consiste en que, primero, el Gobierno adopta una postura inflexible, escatimando su oferta económica o dando a entender que una ley va estar en todos sus puntos en las antípodas de lo que reivindican sus adversarios. Esta actitud legitima a la otra parte para situarse en el extremo opuesto y tirar de la cuerda sin reparar en fuerzas ni histrionismo. La opinión pública entiende que tácticas radicales como amenazar con levantarse de la mesa o llevar el mensaje a la calle con tropecientos mil repetidores son medidas proporcionadas para contrarrestar el tenaz empeño del otro y obligarle a ceder su posición anclada al suelo.

Y entonces, de repente, el Gobierno suelta media soga. Inyecta en vena a los hospitales regionales el triple de la cantidad que se venía barajando o anuncia que está dispuesto a negociar todos los puntos polémicos de la LOE salvo la Religión. En particular, elevará el nivel de exigencia a los alumnos (lo que estrictamente se considera “calidad de la enseñanza”) y fijará el porcentaje de contenidos comunes que han de estudiar todas las comunidades; es decir, los dos postulados más razonables de la manifestación de Madrid, los que combaten la desidia y el provincianismo.

Naturalmente, tras aflojar el Gobierno, la inercia del esfuerzo ha dejado a la Concapa, como en su momento a las comunidades autónomas del PP, desbaratada y con el culo en el suelo. Sin argumentos, margen de maniobra, capacidad de sorpresa ni réditos de la demostración del sábado 12, dudando si le conviene acudir a la cita de hoy y esgrimiendo excusas peregrinas como que el Ejecutivo tiene que contestarles por escrito “para ganar tiempo” y la Comisión parlamentaria de Educación suspender sus trabajos por esperarle a ella. Y es que, objetivamente, ya sólo le quedan dos razones a las que aferrarse para continuar sus protestas: el capricho arbitrario de imponer la disyuntiva entre Religión u otra maría y la falacia de que, sólo por añadir el criterio de reparto de inmigrantes, la libertad de elección de centro se ve menoscabada ahora, y no cuando una familia quería inscribir a su hijo en un colegio y, por el límite de plazas y los baremos de nivel de renta, proximidad del domicilio y hermanos mayores en el centro, se quedaba fuera.

Si la Concapa y sus aliados siguen adelante, quedará en evidencia que éstos eran los verdaderos motivos que defendían los manifestantes del día 12, y que su vistosa cruzada por la calidad de la enseñanza y contra el fracaso escolar sólo servía de vulgar tapadera.

 

 

Referencias y contextualización

Tras lograr reunir el 12 de noviembre una manifestación multitudinaria contra la Ley Orgánica de Educación (LOE) que preparaba el Gobierno socialista, la Asociación de Padres Católicos (Concapa) iba a reunirse este miércoles 23 con representantes del PSOE para tratar de consensuar algunas modificaciones. El Gobierno ya se había mostrado dispuesto a ceder en el nivel de exigencia a los alumnos, muy escaso en el proyecto de ley, y en fijar el porcentaje de contenidos comunes que deberían estudiarse en toda España, del que inicialmente sólo se dabsa un tope máximo. Sólo se había negado a modificar el estatus de la Religión, que quedaría como asignatura de oferta obligatoria para los centros pero de carácter voluntario para los alumnos.

La semana anterior, la Concapa ya había suspendido una reunión con el Gobierno porque exigía que éste le contestara previamente por escrito a un documento en el que los padres católicos exponían sus tesis. Otra exigencia era que la Comisión de Educación del Congreso de los Diputados, que estaba en ese momento discutiendo las enmiendas parciales presentadas por los distintos grupos, suspendiera sus trabajos a la espera del resultado al que llegaran las negociaciones del PSOE y la Concapa. La reunión del miércoles 23 terminaría sin acuerdo: los padres católicos acusaron a los socialistas de no cumplir sus compromisos y Alfredo Pérez Rubalcaba dijo que sus interlocutores se habían levantado de la mesa sin esperar a que se les diera la respuesta por escrito y que en las muchas negociaciones en las que había intervenido en su vida jamás había visto nada semejante.

Sobre la LOE, se pueden leer también "La vuelta al cole" y "Enmienda a la totalidad". Acerca de la asignatura de Religión, ver "Demasiadas contemplaciones".

 

 

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