26 noviembre 2003
Turismo histórico, turismo gastronómico
 

Los últimos días han registrado dos iniciativas prometedoras inscritas en la conciencia de que Castilla y León alberga un potencial turístico que valdría la pena examinar, aunque le cueste un berrinche a la desternillante ratita pequeña de Nieto, que quiere ir otra vez a la playa.

No me cansaré de repetir que un filón que sigue descuidado y que cabría añadir a estos dos sería el de convertir Valladolid en una capital cinéfila durante todo el año, aprovechando el impulso de la Seminci y el Museo del Cine, pues nos dotaría de un prestigio cultureta que la población secundaría de inmediato, gracias al fenómeno de autosugestión que produce toda campaña bien orquestada de raigambre intelectual. Pero, de momento, celebremos las dos propuestas que acaban de salir a la luz, y que se basan en ese mismo principio de que una buena oferta institucional puede tirar de la demanda.

La primera idea la avanzó el lunes el diputado nacional del PP por Valladolid Adolfo Abejón. Consiste en la fundación de un Centro de Divulgación y Difusión dentro del Archivo General de Simancas, para que no sean sólo los historiadores los que acudan a quitarle el polvo de vez en cuando, sino que irradie también un foco de turismo cultural comparable a Atapuerca. Seguro que hay algún integrista que protesta por que un saber tan riguroso y universal como la Historia se contamine de las veleidades del mercado y las modas, pero a mí me parece mucho más noble reorientar la disciplina hacia la rentabilidad, la atracción de capital y la creación de puestos de trabajo para nuestros sufridos licenciados, que justificarla por su servicio a frivolidades como conmemorar centenarios, regurgitar delirios de grandeza capitalina y documentar la candidatura a los altares de una reina fósil.

La otra propuesta, aún más apetitosa, es la que se esbozó el domingo en INTUR, y aspira a elaborar un acervo de las recetas gastronómicas tradicionales de la Comunidad. Este proyecto, que además ha sido encargado a un tipo tan franco, tan entusiasta y tan entrañable como el profesor José Luis Alonso Ponga, añadirá al interés etnográfico su aplicación en forma de añejos platos que redescubrir en los fogones regionales.

Todos debemos alegrarnos de que bienes perecederos como la comida y la disciplina histórica repercutan, antes de su inevitable putrefacción, en un beneficio real para la economía de estas tierras.


 

Referencias y contextualización

José María Nieto es el humorista gráfico de Diario de Valladolid. Su tira cómica se llama "Fe de ratas" y está protagonizada por personajillos de esta especie animal. En la viñeta aludida, una familia de ratas acudía a la VII Feria Internacional del Turismo de Interior (INTUR), celebrada en Valladolid del 25 al 28 de noviembre, y la hija se ponía a berrear !: "¡Jooo, yo quiero ir otra vez a la playa!", ante las miradas reprobatorias de todos los trabajadores de la feria.

Respecto a la propuesta de convertir Valladolid en un verdadero foco cinéfilo, con una cartelera selecta subvencionada por las Administraciones Públicas, ver por ejemplo "Capital y colonia del cine" o "Aquí no hay playa (II)".

En estos momentos, los departamentos de Historia de la Universidad de Valladolid estaban muy involucrados en la posible canonización de Isabel la Católica. En los últimos años, lo habían estado en la conmemoración del cuarto centenario del breve período de tiempo en el que la ciudad fue sede de la Corte de Felipe III (2003), en el aniversario del nacimiento de Carlos V (2000) y en el aniversario de la muerte de Felipe II (1998). Otra ironía sobre la Historia, en esta ocasión sobre sus pretensiones científicas, se puede encontrar en "Los documentos".

 

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