22 septiembre 2013
Burbuja humanística
 

 

La periodización en años proyecta en nuestras mentes la sensación de que el tiempo es cíclico, como se pensaba en otras épocas y otras civilizaciones. Por ejemplo, todos los meses de septiembre retorna a la arena mediática el Toro de la Vega, jaleado por idénticos argumentos a favor y en contra, y se vuelve a acribillar a lanzazos al famosete de turno a quien le da por expresar sus ocurrencias sobre el tema. Pero sucede que la toma de posición de una persona ante cualquier asunto se va forjando de forma lineal, como la concepción moderna del tiempo. No parte de cero cada nuevo año, y llega un día en que se sedimenta y su no tiene nada nuevo que decir al respecto. Vamos, que no voy a repetir artículos de años anteriores.

Me agarraré, en su lugar, a la percha de las matriculaciones en Formación Profesional en Castilla y León, que siguen aumentando a costa del Bachillerato. Los ciudadanos ya han tomado buena conciencia de que, antes que la burbuja inmobiliaria, se infló en España otra que explica muchos de los dramas personales que conlleva el desempleo: la de las carreras de Letras.

Siempre he pensado que los licenciados de Letras somos hoy lo que los hidalgos empobrecidos eran en la España del siglo XVII: unos aristócratas de espíritu, íntimamente orgullosos (nosotros y, sobre todo, nuestros padres, de quienes heredamos el linaje y la distinción) de nuestro título y de no realizar trabajos manuales, pero que a la hora de verdad, que es la de comer, no tenemos nada que llevarnos a la boca. Y ahora la cosa no está para andarse con pompas solemnes que al final se convierten en fúnebres.

Pero es que, además, la Tercera Cultura amenaza con reducir a las Humanidades a un mero “coleccionismo de sellos”, como ya decía Ernest Rutherford mientras escudriñaba átomos con minuciosidad filatélica. Si el hombre es materia, todas sus obras y asociaciones, las que estudian las llamadas ciencias humanas, serían meras funciones de un objeto físico, científicamente analizables y explicables, de las cuales las Letras, como corresponde a su nombre, únicamente hacen literatura. Si así fuera, mucho me temo que la Formación Profesional, muchas de cuyas disciplinas aplican física elemental, estarían proporcionando a quienes la cursen, no sólo un mejor acceso al empleo, que eso es ya una evidencia empírica, sino también una aproximación más fiable a la verdad.


 

 

 

Referencias y contextualización

El Mundo de Castilla y León publicó esta semana una noticia en la que daba cuenta de que en la comunidad autónoma seguía aumentando la matriculación en Formación Profesional, a costa del Bachillerato. La Tercera Cultura es el hombre que se ha dado a una serie de autores (Steven Pinker, Daniel Dennett, Richard Dawkins...) que extraen consecuencias para las disciplonas humanísticas a partir de descubrimientos de las ciencias físicas, y que consideran que la filosofía debe partir de éstas y que las ciencias humanas son una especie de conocimiento decorativo. Sobre el Toro de la Vega tratan artículos como "Centello quiere ser un embrión", "Sobre la dignidad de Tordesillas" y un párrafo de "Cambios de enfoque".

 

 

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