1 mayo 2002
Imprevisible
 

Es imprevisible. No me atrevería a hacer apuestas sobre el desenlace ni aunque la presidenta de la Asociación de Solidaridad con las Madres Solteras y Separadas me prestara por una tarde su tabla güija.

La actualidad es una caja de sorpresas. Casi todas orgullosamente dignas de la de Pandora, pero al menos compensadas por el prurito de lo novedoso, por la siempre intacta esperanza de lo inesperado; la que nos permite seguir asistiendo con condescendencia a la sesión continua diaria que a eso de las 3 nos brindan Javier Arenas y Jesús Caldera mientras llega la siguiente noticia.

¿Quién nos iba a decir que, todavía en el 2002, Juan Vicente Herrera tendría la oportunidad de ser el primer presidente del PP en marcarse el sensato detalle de pasar por Villalar y que aun así le iban a silbar desde la caseta del PSOE? ¿Y que en Ponferrada la acosadora iba a acabar siendo Nevenka, seguramente debido a esa contrastada convicción de “señor y caballero” de que cuando una mujer dice que no en realidad está diciendo que sí? ¿Y que a Jean-Marie Le Pen le iban a denegar su apoyo ciertos barrios vallisoletanos en la contramanifestación a su favor el domingo en la Plaza España? ¿Y que Germán Rodera erró su vocación, que si quería dar rienda suelta a sus necesidades sexuales y permanecer impune no tenía que haberse puesto a currar en una guardería sino ordenarse sacerdote?

En medio de tal vorágine de imprevistos, uno ya no sabe a qué carta quedarse en la crisis de Fontaneda. Si, mientras uno de los líderes de la bicefalia política nacional se inhibe y el otro se exhibe, la Junta y la movilización han conseguido poner en marcha una ronda de negociaciones que no sea una forma como otra cualquiera de ganar tiempo, tendré que disimular y fingir que nunca he pensado que en este asunto, como en tantos otros, no teníamos nada que hacer.

Con todo, la única solución al neoliberalismo es poner en práctica lo que Fernández Buey llamó en el Curso de la Filmoteca hablar “con otro lenguaje” para cambiar el sistema. Saltar a otro idioma, rehuir la lógica aplastante de los argumentos economicistas, conseguir que la sociedad deje de presuponer el paradigma que privilegia el derecho a la libertad económica sobre el derecho a la igualdad y la felicidad, y considera todo lo demás una utopía inviable.

Hace hoy 116 años, la jornada laboral de 8 horas también era imprevisible.

 

 

Referencias y contextualización

Las acusaciones de antiguas militantes de la Asociación de Solidaridad con las Madres Solteras y Separadas de Valladolid revelaron que su presidenta enfocaba sus charlas criticando despiadadamente al sexo masculino, incitando a la masturbación y que incluso hacía espiritismo con tabla güija.

Javier Arenas y Jesús Caldera eran por estas fechas los secretarios de Organización del Partido Popular y el Partido Socialista, respectivamente.

Tras muchos años en los que los representantes del PP habían rehuido la celebración popular de la fiesta de la comunidad en Villalar, debido al carácter eminentemente izquierdista que respira siempre la campa y a varios recibimientos hostiles en años anteriores, el presidente Juan Vicente Herrera quiso romper la tradición y acudió, siendo abucheado desde la caseta del PSOE.

Nevenka Fernández era una joven concejala del Ayuntamiento de Ponferrada (León) que acusó al alcalde Isidoro Álvarez, con quien había mantenido una breve relación sentimental, de posterior acoso sexual y presión laboral ante su negativa a seguir adelante. Nevenka terminó dimitiendo y denunciando a Isidoro, que replicó que ella siempre había querido estar con él. Sobre este asunto ver el artículo siguiente, "Tribunal popular".

En Valladolid, la Plaza de España había sido escenario de una poco numerosa manifestación de ultraderechistas que celebraban el sorprendente segundo puesto de Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. Naturalmente, a la concentración no acudieron representantes de la Coordinadora contra el Centro de la Cruz Roja, a través de la que los vecinos de los barrios de Girón, Huerta del Rey y La Victoria canalizaban su campaña contra el albergue para indigentes sin techo que quería construir la ONG (ver "Vivir en un colectivo" y "Un chiste".

A la vez, seguía latente la polémica del eventual cierre de la histórica fábrica de galletas que tenía Fontaneda en Aguilar de Campoo (Palencia), que ya se mencionan en artículos del mes anterior como "Homonimia" y "Lavinia". Durante estos días, al presidente José María Aznar se le echó en cara que, preguntado por la crisis, se limitara a recordar que el Gobierno no podía intervenir en la libertad económica; el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, sí que visitó Aguilar de Campoo y se dio un baño de multitudes. A pesar de que la empresa aseguró desde el principio que pensaba llevar su plan hasta el final, la Junta de Castilla y León hizo un último esfuerzo y aseguró haber obtenido de Fontaneda una prometedora ronda de negociaciones. Mantuvo que, si Fontaneda se marchaba, Aguilar se quedaría con la marca, como exigían los lugareños. Sin embargo, al final se impuso la lógica empresarial, Fontaneda se marchó con marca y todo y, al menos, los puestos de trabajo se salvaron porque otra galletera, Siro, compró la factoría.

Francisco Fernández Buey dio una conferencia dentro del ciclo "Los cursos de la Filmoteca" coordinado por Enrique Gavilán en la Casa Revilla (ver "Dirige Enrique Gavilán"), y destacó el papel de los movimientos antiglobalización por no aceptar el discurso capitalista y obligarle a combatir con un lenguaje distinto que ha hecho calar en la sociedad.

El 1 de mayo de 1886 comenzaron las manifestaciones de los trabajadores de Chicago exigiendo la jornada laboral de ocho horas, que obtendrían aun a pesar de las cuatro muertes que provocaron los disparos de la policía dos días más tarde.

 

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