29 enero 2012 |
Off-off the record |
Mi primera reacción al conocer el supuesto rechazo del arzobispo Blázquez a Soraya Sáenz de Santamaría fue, como en otras ocasiones, reprochar a la Iglesia que se arrogue la autoridad de decidir qué corresponde a una catedral o a la Semana Santa. No porque no tenga, como cualquier otro club privado, todo el derecho del mundo a imponer unas determinadas normas de conducta a quien participe voluntariamente en sus ritos, sino por su pretensión de erigirse en heredera e intérprete del personaje que protagonizó los hechos que se conmemoran y a cuyo nombre se levantan los templos. Aun suponiendo que los Evangelios sean una fuente autorizada para saber qué pensaba Jesús de Nazaret, los textos no hacen ninguna mención ni al matrimonio civil ni a Brasil, así que todo lo que diga la Iglesia al respecto debe considerarse literalmente off the record: fuera del documento, marginal, y por tanto irrelevante. No, no iba a ser la moral la que ensombreciera el acierto y el éxito de Javier León de la Riva al fichar a la vicepresidenta, la española de moda. El único peligro era que Soraya se quemara antes de abril a base de hacer de portavoz de unos recortes, unas subidas de impuestos, unos datos y previsiones económicos y un discurso ante la UE que están calcando los del PSOE. Admitiendo, en suma, que antes del 20-N tampoco había otra forma de gobernar. Me vi obligado a cambiar el acento del diagnóstico cuando el Arzobispado tuvo la brillante idea de difundir el audio de la polémica, que es lo que hacen quienes no tienen nada que ocultar. Sin embargo, en mi opinión lo de menos es que se profanara la convención periodística divulgando un off-the-record que, por lo visto y por suerte, al final resultó estar bien registrado. Lo que ocurre es que esta práctica, cuando se traiciona, es, paradójicamente, más fiel que ninguna otra al vicio canónico de la profesión: la descontextualización. Si se escucha la conversación colgada en la web del Arzobispado, queda patente que Blázquez no cuestionó a Soraya por su “situación matrimonial”, como repicaron incesantemente los medios. Los periodistas le quisieron sacar una reprobación abierta y él, hablando con un tiento más propio del on-the-record, aclaró primero que desconocía tal situación, luego valoró las diversas connotaciones religiosas, sociales y culturales que aglutina el Pregón y, finalmente, sugirió la idea de proponer una terna, no censurando a Soraya, sino porque ante estas cosas “si se calla uno mal, y si habla uno mal”. Los teletipos cogieron el único entrecomillado susceptible de utilizar que tenían, “situación matrimonial”, y lo enlazaron al verbo “cuestionar”, que Blázquez no pronunció ni insinuó. Pero nada más lejos de mis intenciones que recriminar nada a mis colegas. Lo que ocurrió no fue un defecto profesional ni una manipulación maliciosa: es la triste forma en que se ejerce el periodismo. Todos hemos oído, acatado e interiorizado el "A ver si consigues que te diga esto". Y, si no lo consigues, la lengua siempre tiene giros para sacar punta con un buen titular. Este caso concreto tiene, además, un agravante particular. El verbo "cuestionar" implica una intencionalidad, y un obispo sólo puede aspirar a hacerlo cuando habla en nombre de la Iglesia, desde el púlpito o en una pastoral; cuando actúa como depositario de esa autoridad que yo le negaba hace un momento. Su opinión personal no debería considerarse ni siquiera noticia. Por tanto, lo que diga off the record tendría que tener una doble pátina de confidencialidad, abrocharse a un segundo círculo externo a la propia extraoficialidad. Algo así como aquella nueva ola de teatros alternativos de Nueva York, los Off-Off Broadway, que surgieron cuando los de la primera apenas se distinguían del mainstream.
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Referencias y contextualización El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, escogió como pregonera de la Semana Santa 2012 a la recién nombrada vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, vallisoletana de nacimiento. Sin embargo, el lunes 23 se difundieron unas supuestas declaraciones del arzobispo, Ricardo Blázquez, cuestionando su idoneidad por haberse casado por lo civil con ritos brasileños. El Arzobispado replicó criticando que esas declaraciones se habían producido "off the record" y por tanto no eran publicables, y difundió el desarrollo textual de la conversación. La grabación de la misma se puede escuchar aquí. Otros artículos sobre el periodismo son "Tiranía del mensajero", "No hay texto sin contexto" y "La ciencia no es noticia"
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